Madrid
MINISTERIO DE IGUALDAD

La viceministra Pam Rodríguez se queja de que no haya más personas gordas en el Congreso

La secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, ha criticado que no haya más personas gordas en el Congreso de los Diputados porque, a su juicio, la mayoría de los políticos «encajan en una serie de cánones» físicos donde no tiene cabida el sobrepeso.

En una entrevista en un pódcast que ha compartido en sus redes sociales, la número 2 del ministerio de Irene Montero revela que cuando entró a formar parte de la Cámara Baja dedicaba «mucho tiempo» a pensar en «cuántas personas gordas había en el Congreso». «No hay», fue la conclusión a la que llegó. «Hay algunos hombres, pero no es lo habitual», apostilló.

Para Pam esto es un problema porque «las mujeres con cuerpos diversos», como se califica a sí misma, «tienen que saber que también tienen derecho a estar en el espacio público y a ocupar el poder».

La secretaria de Estado de Igualdad revela en esa misma entrevista que uno de los motivos por los que más se le insulta desde que es un personaje público ha sido por «ser gorda y por ser fea». Al principio, relata, pensaba que no le tenían que importar esos calificativos porque se lo decían «por ser quienes somos» pero, recientemente, agrega, «mi psicólogo me dijo que a ningún ser humano le gusta que le agredan».

«¿De verdad es tan problemático mi cuerpo para no merecer estar en el espacio público?», se pregunta, al tiempo que critica que «no hay diversidad en la política» porque todo el mundo encaja «en unos cánones».

Rodríguez cuenta que durante muchos años sufrió un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que le ha hecho tener una relación «compleja» con su cuerpo y confiesa que exponerse públicamente con todo lo que ello implica «no ha sido sencillo».

Pam augura que sus palabras van a provocar una oleada de «gordofobia» pero esgrime que como ocupante de «un puesto de responsabilidad» tiene que trasladar algunos mensajes como «que los TCA y los problemas de salud mental vinculados a éstos no han dejado de crecer entre las más jóvenes especialmente como consecuencia de muchos contenidos que en redes sociales se presentan tan atractivos como nocivo».

En este punto, la nº 2 del Ministerio de Igualdad proclama que «todos los cuerpos son válidos» y que, de lo contrario, «estaríamos asumiendo, por ejemplo, que la representación de la ciudadanía, el ejercicio de nuestros derechos políticos, está limitado a quien encaja en un canon de determinado».

Unos cánones que, apunta, «no son ajenos a los estereotipos de género ni a la cuestión de la clase, la situación administrativa, la edad, la raza o la discapacidad». Apostar por la diversidad, argumenta, «no sólo es un elemento imprescindible en términos de reconocimiento, sino que también lo es para la reparación de tantas personas que siempre se han visto obligadas a quedarse en el margen».

«La defensa de un feminismo para todas las mujeres implica repensar de forma crítica como muchas mujeres han tenido un estatus inferior en el acceso a derechos y también en el acceso a la vida pública por ser gitanas, trans, lesbianas, sin estudios o pobres. También y mucho, por ser gordas», concluye.