Madrid
Manuela Carmena

Carmena se aleja de Errejón y Maestre con un guiño a los ediles escindidos de Más Madrid

Manuela Carmena, ex alcaldesa de Madrid, ha lanzado sus pullas a Íñigo Errejón y Rita Maestre por empeñarse en fundar un partido político al uso, Más Madrid, cuando en origen se apostó por una plataforma de personas independientes. La también ex juez ha comentado que «el movimiento feminista nunca utilizó el partido para llegar a cambiar la sociedad».

La ex jueza hace ya dos años que abandonó el Palacio de Cibeles, pero mantiene un discurso muy crítico con las estructuras de los partidos políticos. De esta forma, da su apoyo implícito a los cuatro concejales de Más Madrid que formaban su círculo más cercano en la Alcaldía, pero que han roto con Rita Maestre y han conformado el Grupo Mixto. Se trata de su primera teniente de alcalde, Marta Higueras; su jefe de Gabinete, Felipe Llamas; su coordinador general, Luis Cueto, y su concejal de urbanismo, José Manuel Calvo.

En esta charla con otras mujeres sobre liderazgo femenino organizada bajo el amparo de la Diputación de Barcelona, Manuela Carmena quita importancia a los partidos políticos. «Es un tema muy importante. El feminismo ha sido un movimiento constante que ha tenido un recorrido extraordinario y que nunca ha recurrido a los partidos. Eso explica por qué las mujeres se encuentran incómodas en algo que nunca históricamente ha sido nuestro sitio».

Marta Higueras, José Manuel Calvo, Felipe llamas y Luis Cueto. (Foto: Europa Press)

Carmena subraya en este diálogo que «entramos en un momento en el que las mujeres tienen que dirigir las sociedades». «La madre de familia ahora tiene más importancia que el padre de familia como fija la legislación. La actitud de las mujeres debe ser asumir la necesidad del cambio para llegar a la igualdad, a la paridad y a la dirección de la sociedad», agrega la ex alcaldesa.

En este punto, la ex regidora critica que actualmente «la política tiene un traje masculino». Carmena no ve con buenos ojos a los políticos hombres. Es el caso del líder de Más País, Íñigo Errejón.

Por otra parte, Carmena critica a las personas que sólo han estado en política, lo que también afecta a varias personas de Más Madrid. «Desde mi propia experiencia, la política nunca tiene que ser una carrera. Cada una tiene que tener una profesión –trabajadora social, obrera o magistrada– y puede llegar a la política como responsabilidad, no como carrera. Como responsabilidad es coyuntural, puede ser larga en el tiempo pero no es fundamental que sea temporal», esgrime sin dar puntada sin hilo.

Manuela Carmena remarca que esto «es muy importante señalarlo». «El modelo masculino es eso, una agresividad absoluta para mantenerse en esa carrera para seguir cobrando el sueldo de político y no quedarse en la calle», apunta. «Cuando un partido político pierde escaños lo que sucede en realidad es un terrible ERE. Eso desvirtúa la política. La sociedad desprecia a los políticos. Es necesario repensar la política», pide.

«Tenemos que sacar la política de la agresividad absoluta, una guerra absurda por el poder por sí mismo. He sufrido y me ha dolido que las mujeres copien la actitud de los hombres en los discursos. Me ponían verde constantemente en el Ayuntamiento tanto los hombres como las mujeres. Unos y otros te pedían disculpas después por WhatsApp. Es una guerra representada con descalificaciones e insultos». «Un día Esperanza Aguirre me dijo que ‘a la política hay que venir llorada’. No, a la política hay que venir a trabajar», piensa la ex alcaldesa.

Delantal

Por último, Manuela Carmena trufa sus intervenciones con sus clásicas anécdotas. Recuerda cómo «políticos, directores de periódico, de banca…» se quedaban «descolocados» al verla a ella con delantal cocinando para ellos antes de una reunión en Cibeles».

También llama la atención su crítica furibunda contra los informes de impacto de género: «Son una auténtica chorrada». «¿Para qué valen? Para que te anulen un proyecto. ¿Alguien ha hecho una evaluación sobre qué significa esos informes de género que hay que hacer? Pues no. Por eso, yo quisiera que todas pidiéramos la evaluación de las normas», concluye.