COMUNIDAD DE MADRID

Ayuso desplegará una férrea defensa del español en la Hispanidad coincidiendo con su merma en el Congreso

Ayuso Hispanidad
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Paula Baena

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presenta este viernes el Festival de la Hispanidad 2023, la tercera edición de este macroevento que se celebra con motivo del 12 de octubre y que este año desplegará una férrea defensa del español, coincidiendo con su inminente merma en el Congreso de los Diputados, después de que la Mesa de la Cámara Baja, con mayoría de PSOE y Sumar, haya dado luz verde a que se puedan utilizar las lenguas cooficiales -catalán, euskera, gallego, valenciano, bable y aranés- desde la tribuna de oradores desde el próximo martes.

Ayuso quiere poner el foco en esta edición, que contará con 165 actividades, 17 artistas, y 17 países distintos, en que «600 millones de personas en todo el mundo» hablan el español y que esta es una lengua «en expansión en todo el planeta» mientras que los nacionalistas propagan el «odio al español». Por ello, la presidenta madrileña esgrimía en la primera sesión del Pleno de la Asamblea de Madrid tras el parón estival que es «un momento más que necesario para reivindicar este idioma».

Ayuso defiende, y así lo subrayará en el festival, que «es el momento de decir que las lenguas están para unir y no para dividir». Unas palabras que cobran especial relevancia a escasos días de que en el Congreso el español vaya a quedar desterrado como lengua común en la que se entiendan todos los parlamentarios. Una situación que hará indispensable el uso de traductores y pinganillos para asegurar el entendimiento entre los representantes de los españoles, algo que se ha asegurado hasta la fecha con el uso del castellano.

Además de las lenguas cooficiales que requieran traducción simultánea de varios intérpretes, como el catalán, el euskera y el gallego, la modificación del Reglamento del Congreso permitirá a los diputados hablar en otras lenguas no oficiales como el aranés o el bable. Eso sí, con una importante condición. Podrán usar estas lenguas siempre que los propios parlamentarios se traduzcan a sí mismos durante su tiempo de intervención.

Más del 72% de los españoles no manejan ni el catalán, ni el vasco, ni el gallego, ni el valenciano. Por ello, la inclusión de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados puede levantar más de una barrera idiomática. Actualmente, unos 9 millones de personas hablan catalán en España, el 16% de la población total. Así, el catalán es la lengua cooficial más mayoritaria en entrar al Congreso. El caso del euskera es mucho más minoritario. Unos 750.000 españoles hablan el vasco, el 1,5% de la población. La lengua más minoritaria que entrará en el Congreso será el aranés. Tan sólo lo usan unas 3.000 personas en España, el 0,006%. El bable, por su parte, cuenta con unos 150.000 hablantes, lo que representa el 0,31% de los españoles.

Ayuso se preguntaba este jueves cuánto le va a costar a los madrileños esta situación. «¿Cuánto le va a costar a un madrileño tener que estar viendo cómo en el Congreso de los Diputados se rompe la convivencia?… que es lo que se busca con las lenguas cooficiales, algo de lo que ustedes también adjuraban en la pasada legislatura. ¿Cuánto nos va a costar llevar esto porque imagino que ahora llevarán el aranés, el gallego, a Radio Televisión Española, Televisión Española y el 24 Horas… ¿Cuánto dinero nos va a costar todo esto a los de Madrid? A mí que me lo expliquen», proclamaba en la Cámara autonómica.

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