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Almeida no pondrá la bandera LGTBI en Cibeles: «Este debate sólo interesa a Más Madrid»

Almeida ha defendido que bajo su mandato las celebraciones del Orgullo han ganado en "pujanza"

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha asegurado que no colocará la bandera arcoíris en el Palacio de Cibeles durante las celebraciones del Orgullo tras una petición de Más Madrid para que el regidor situara la enseña en la fachada Ayuntamiento. Almeida ha respondido con un escueto y contundente «no» cuando se le ha preguntado si la bandera LGTBIQ+ ondeará en el emblemático edificio, y no ha dudado en defender que, bajo su mandato, las celebraciones del Orgullo han ganado en «pujanza», desmontando así las predicciones catastrofistas de la izquierda que vaticinaban el fin de estas fiestas con su llegada a la alcaldía.

Durante unas declaraciones realizadas en el Paseo del Prado, Almeida ha asegurado que Madrid, «a pesar de lo que dicen los adversarios políticos, es uno de los mejores sitios para vivir que puede tener el colectivo LGTBI». Un mensaje claro que contrasta con la narrativa alarmista de la oposición.

El alcalde ha recordado además que, el Orgullo empezó con José María Álvarez. «Por mucho que les moleste, se institucionalizó con él. Se potenció con Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella trajo el Día Mundial del Orgullo para, en los últimos años, celebrarse como prácticamente nunca se había celebrado en las calles de Madrid».

La izquierda y los símbolos

En su réplica a la formación de Rita Maestre, Almeida ha sido contundente: «Entiendo que ellos quieran hablar de las banderas porque no quieren hablar de que cuando llegamos dijeron que se iba a acabar el Orgullo con Almeida».

El regidor madrileño considera que este debate sobre la bandera arcoíris «no ayuda a los madrileños ni a las reclamaciones por la igualdad», y que solo beneficia a Más Madrid «a ver si de esa manera tienen algún discurso».

Con estas declaraciones, Almeida demuestra una vez más que prefiere centrarse en los hechos y no en los gestos simbólicos, dejando en evidencia la estrategia de la izquierda de alimentar polémicas artificiales para desviar la atención por su falta de propuestas concretas para los madrileños.