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¿Es suficiente caminar treinta minutos al día para perder peso?

Septiembre es el momento de hacer propósitos y promesas contigo mismo. Una de las promesas que más nos hacemos en este período, tras los excesos de la temporada de calor, es volver a ponernos en forma para deshacernos de todos los kilos de más y recuperar una forma física perfecta. Parece difícil pero en realidad no lo es tanto. De hecho, muchos se apresuran a hacer dietas de todo tipo, incluso dietas muy restrictivas, que nos matan de hambre, solo para descubrir que no era necesario. Puede que algo de ejercicio sea suficiente y en concreto, caminar pero ¿es cierto lo que siempre se dice que caminar treinta minutos al día para perder peso?.

Caminar durante treinta minutos para recuperar la forma

Para adelgazar, no sólo debemos recurrir a la dieta, también es importante el entrenamiento. Pero cuidado porque el entrenamiento siempre debe abordarse de forma serena y paulatina. No se necesitan excusas: está prohibido decir “no tengo tiempo” y cosas por el estilo. Un pequeño esfuerzo es realmente suficiente para iniciarse de manera adecuada en este camino.

En realidad, se necesita muy poco para volver a estar en forma: no tienes que escalar montañas o dedicar toda tu vida al dios sagrado del entrenamiento. No, realmente se necesita mucho menos. Lo que no puede faltar es la voluntad. Si hay esto, podemos hacer todo.

No existe una fórmula secreta para perder peso, pero algunos pequeños trucos sí. Treinta minutos de caminata rápida son suficientes para perder peso. Y no digas que no tienes treinta minutos en las doce horas del día. Bastaría con poner la alarma un poco antes, o aprovechar la pausa para el almuerzo, o la pausa para el café. Podrías incluso aprovechar para volver a casa andando desde el trabajo o al menos hacer parte del camino a pie en el caso de que de la distancia sea más larga.

Para confirmar los beneficios de caminar existen innumerables estudios realizados por diversas partes. Los consejos son siempre los mismos de modo que podemos enumerarlos ahora claramente: empecemos despacio, sin embargo, elijamos un asfalto plano y zapatillas que soporten adecuadamente el peso de nuestro cuerpo. Y si queremos mientras caminamos, podemos intercalar el paseo con ejercicios específicos. Por ejemplo podemos hacer parte del camino dando zancadas, parar cada X pasos para hacer unas cuantas sentadillas o intentar alternar la velocidad de la caminata una vez ya hagamos hecho parte del trayecto.