La Policía registró la sede de los Mossos porque habían ocultado las llamadas entre Trapero y el narco
La Policía Nacional registró en julio de 2012 la sede central de los Mossos d’Esquadra en Sabadell, para requerir una copia de todas las conversaciones telefónicas grabaciones al narcotraficante Manuel Gutiérrez Carbajo en el marco del caso Macedonia.
El titular del juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, había dictado la orden de entrada y registro ante la sospecha de que la Policía Autonómica le había ocultado decenas de grabaciones, precisamente aquellas en las que Carbajo hablaba con distintos mandos de los Mossos.
Como ha informado OKDIARIO, la propia División de Asuntos Internos de los Mossos constató en un informe oficial que el actual mayor del cuerpo, Josep Lluís Trapero, ha mantenido «una buena relación de colaboración, e incluso llegando a ser una relación de amistad» con el narco Gutiérrez Carbajo.
En los pinchazos telefónicos que ha publicado OKDIARIO, procedentes del sumario del caso Macedonia, Carbajo menciona varias veces al actual jefe de la Policía autonómica, con expresiones como «mañana voy a comer con José Luis Trapero (sic), el de los Mossos» o «esta mañana he ido a ver a Trapero».
Ocultaron cientos de grabaciones
En 2012, el juez instructor de la causa, Joaquín Aguirre, tuvo constancia de que los Mossos d’Esquadra le habían ocultado varios cientos de conversaciones grabadas al narco Carbajo y su entorno: en concreto, en la documentación aportada en varios DVD se habían omitido 708 ficheros de audio, la transcripción de 711 conversaciones y 1.490 mensajes en formato SMS.
Fue entonces cuando el juez Aguirre ordenó a la Policía Nacional que irrumpiera en el llamado complejo Egara de Sabadell, donde tiene su sede central la Policía autonómica catalana, para requisar todas las grabaciones realizadas en el caso Macedonia. Tras permanecer durante cinco horas en las instalaciones, el juez Aguirre abandonó la sede de los Mossos con toda la documentación requerida grabada en un disco duro.
Como ha informado OKDIARIO, finalmente se constató que en poco más de un año Josep Lluís Trapero y el narco Manuel Gutiérrez Carbajo habían cruzado más de 220 llamadas telefónicas: 80 realizadas por el actual mayor de los Mossos y 144 realizadas por Carbajo. Por su parte, el subinspector de los Mossos Antoni Salleres había mantenido otras 142 llamadas con el narco del puerto de Barcelona
Las sospechas del juez Aguirre se habían iniciado en mayo de 2009, cuando la Guardia Civil detuvo en Barcelona a un colaborador del narco Carbajo, Juan Miguel Bono, en el momento en el que se disponía a recoger un supuesto alijo de 54 kilos de cocaína depositado en el maletero de un coche.
Tras analizar la droga, se constató que sólo uno de los paquetes contenía cocaína. En los restantes había yeso y azúcar. Al pinchar el teléfono de Carbajo, se constató que tenía un trato directo y constante con varios mandos de los Mossos d’Esquadra, entre ellos con Josep Lluís Trapero, tal como acreditan las grabaciones. Surgió entonces la sospecha de que los narcos habían tenido conocimiento de que se iba a producir la detención de Bono, y tuvieron tiempo de dar el cambiado al alijo de droga.
El investigador del caso Gürtel
En el caso Macedonia se mezclaron las sospechas de corrupción policial con las de narcotráfico. La Policía Nacional plasmó en un informe del año 2009, trasladado al juez Aguirre, un asunto especialmente turbio compuesto por una presunta mafia policial y una fallida operación antidroga.
El informe fue dirigido por el inspector de la UDEF Manuel Morocho, responsable de los casos Gürtel y Bárcenas, y en él se afirmaba que funcionarios de los Mossos d’Esquadra habrían estado protegiendo al que era considerado en esa investigación como uno de los mayores traficante de drogas del puerto de Barcelona, Manuel Gutiérrez Carbajo.
El informe no escatimaba en detalles y afirmaba que durante las operaciones no se había “informado a la autoridad judicial” de todos los contactos personales y telefónicos que se habían mantenido con el delincuente.
El juez imputó inicialmente a varios miembros de la Guardia Civil, ante la sospecha de que eran conscientes del engaño que se había producido con el alijo de droga. Finalmente los guardias civiles quedaron absueltos. El magistrado Aguirre también imputó al subinspector de los Mossos Antoni Salleres (que en aquel momento era jefe de la Unidad Anticorrupción) y a otros cinco agentes de la Policía autonómica catalana. Trapero no llegó a ser imputado por estos hechos.
Gutiérrez Carbajo ha sido testigo en otra causa judicial especialmente compleja: el robo de un contenedor con más de 200 kilos de cocaína, en el puerto de Barcelona. Ahora, Josep Lluís Trapero se encuentra imputado ante la Audiencia Nacional, como autor de un presunto delito de sedición. En sus informes, la Guardia Civil sostiene que Trapero utilizó a los Mossos d’Esquadra para facilitar la celebración del referéndum ilegal de independencia del 1-O.
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