Investigación

Hacienda sabía desde 2004 que Urdangarin y la infanta desviaban dinero público de Nóos a Aizoon

Hacienda, bajo el mandato del socialista Pedro Solbes, supo del saqueo al que sometió Iñaki Urdangarin al Instituto Nóos. A partir del modelo 347, por el que se declaran las compras y ventas de cada sociedad, la Agencia Tributaria tuvo pruebas documentales desde 2004 de que una entidad sin ánimo de lucro que dirigía el yerno del rey —Instituto Nóos— facturaba más de un millón al año a empresas que controlaba directamente él  —Aizoon o Nóos Consultoría— o su socio Diego Torres —Virtual Strategies, Shiriamasu, Intuit Strategy Innovation—. Hacienda sólo destapó dicha información cuando se la solicitó el juez Castro en 2011. Nunca abrió un expediente de oficio.

El detalle de los pagos a la trama del Instituto Nóos que constaban en los archivos de Hacienda desde 2004 brinda abundantes ejemplos de esta mecánica corrupta. Unos datos obtenidos gracias a las declaraciones anuales de las operaciones con terceros que realizaban los hoy juzgados Iñaki Urdangarin, Cristina de Borbón y Diego Torres.

El debate sobre qué sabía la infanta al respecto de los negocios ilegales de su sociedad conyugal ha desviado la atención en cuanto a otro asunto esencial: qué debía saber Hacienda de unas operaciones de las que tuvo noticia constante a través del formulario 347 donde se declara toda compra o venta superior a 3.000 euros.

Todo ello dejó ante los ojos de Hacienda un doble rastro: de dónde llegaba el dinero al instituto sin ánimo de lucro del yerno del rey (mecenas públicos y privados que pagaron fortunas por humo) y a dónde iba posteriormente (sociedades privadas de Urdangarín y su trama).

El formulario no revelaba que los precios cobrados a los mecenas estaban inflados, algo que la justicia probó con sus pesquisas, pero sí arrojó reiterados indicios de que Urdangarin y Torres como administradores del Instituto Nóos desviaban sus fondos a empresas que, como sabía ya Hacienda entonces, eran propiedad del yerno del Rey y de su socio.

Nóos Consultoría Estratégica, empresa en la que directamente eran socios Urdangarín y Torres al 50%, facturó casi un millón de euros directamente al instituto Nóos en 2004; y ese mismo año hizo pagos a sus propias compañías: Aizoon, en el caso de Urdangarín, y Virtual Srategies e Intuit Strategy Innovation, en el de Diego Torres. En 2005, ocurrió igual: cobró 1,2 millones del instituto que transfirió a esas mismas sociedades.

Igual operativa desarrolló en 2006 esta sociedad de Urdangarin: recaudó del instituto Nóos y desvió los ingresos a sus firmas conexas como Intuit Strategy o Virtual Strategies. Repitió el mismo escenario en 2006 Nóos Consultoría: vendió supuestos servicios al instituto Nóos y compró supuestos servicios a empresas de la red corrupta como Intuit o Virtual; mecánica que se repitió también en 2008.

Hacienda no sólo supo en esos años de saqueo que Urdangarin y Torres eran socios, sino hasta las cuentas de la consultora privada en las que ambos eran cotitulares hasta 2010. Como también sabía Hacienda que tanto Urdangarin como Torres fueron sucesivos administradores del Instituto Nóos y también cotitulares de las cuentas de dicha entidad sin ánimo de lucro. Las autocontrataciones desde el instituto Nóos no despertaron, sin embargo, su alarma.

Pero más descarado fue el caso de Aizoon, sociedad que poseían al 50% Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón. Hacienda no hizo sonar ninguna alerta al comprobar un hecho evidente: el modelo 347 probaba que un instituto sin ánimo de lucro, que administraba Urdangarin, abonaba supuestos servicios a una empresa privada del propio Urdangarin por cerca de 191.000 euros en 2004 y otros 171.000 a una firma de su socio, Nóos Consultoría Estratégica.

No hacía falta recurrir a ninguna comisión rogatoria para detectar estos abonos sospechosos. Estos pagos estaban en la base documental de Hacienda desde 2004. Una operativa que se repitió y multiplicó en 2005: ese año, Urdangarin versión privada —Aizoon— cobró 556.000 euros de Urdangarin versión sin ánimo de lucro —Instituto Nóos— y otros miles de euros más a través de Nóos Consultoría Estratégica.

Estos mismos trasvases los declaraba a Hacienda el pagador, el Instituto Nóos, que en 2004 declaró abonos por valor de un millón de euros a la empresa del que fuera duque de Palma y de su socio. Lo mismo que hizo en 2005; en 2006, en 2007 y 2008.

El resto de los pagos del Instituto Nóos se hicieron a través de empresas del socio de Urdangarin. Y de todo ello tuvo también conocimiento Hacienda, tanto de los pagos como de sus titulares. Virtual Strategies es una empresa que controlaba Diego Torres, socio habitual de Urdangarin. Esta sociedad ingresó directamente dinero del Instituto Nóos en 2003, en 2005, en 2006, en 2007, y en 2008. Tampoco se ocultó a la hora de cobrar por supuestos servicios a la fundación deporte y cultura.

Shiriaimasu también facturó al instituto sin ánimo de lucro Nóos en 2005, en 2006, en 2007 y 2008. Intuit Strategy Innovation, otra empresa de la trama de Torres, también facturó al instituto que controló junto con su socio en 2005, 2006 y 2007.