Internacional
Los talibanes vuelven a Afganistán

Sumisión o muerte: la ‘vida’ que les espera a las mujeres afganas bajo el control talibán

Los talibanes han vuelto a tomar el control de Afganistán. Los radicales volverán a imponer sus normas a una sociedad que desesperada intenta huir del país para no caer en sus garras. Pero lo peor se lo llevan las mujeres. El islamismo radical es completamente combativo contra ellas, las asfixia a prohibiciones y si no cumplen les espera el terror y la muerte.

La imagen de esta noticia es un claro ejemplo de lo que viene. Afganistán había logrado democratizarse y hacer valer los derechos de las mujeres, pero los talibanes van a volver a acabar con todo. La imagen de una mujer libre, sin velo ni burka, casándose por elección está siendo borrada del escaparate de una tienda. Esto ya no será posible.

Las mujeres y las niñas están aterradas. Y piden ayuda desesperadamente. Los talibanes están llamando a sus puertas y son obligadas a casarse con combatientes islamistas. No pueden salir de casa solas, no pueden trabajar, no pueden estudiar, no pueden elegir la ropa que quieren llevar. Todo prohibición, todo una sumisión absoluta hacia el talibán.

Afganistán había logrado un gran avance en los derechos de las mujeres y ahora se perderá. Las mujeres habían logrado tener independencia, poder trabajar y formarse como médicas, enfermeras, maestras, periodistas o gobernadoras locales. Algo que ya no se volverá a ver.

Y no hay que hacer cábalas para conocer qué pasara con el género femenino cuando impongan su gobierno de terror. Los talibanes gobernaron Afganistán desde 1996 a 2001 e impusieron la ley Sharia, una interpretación estricta de la ley islámica que se ceba con las mujeres. Y estas son algunas de sus principales normas:

No pueden trabajar.

No pueden ir a la escuela o a la universidad. Sólo a centros religiosos talibanes.

Tienen que cubrirse la cara en público.

Deben salir acompañadas de un hombre si quieren salir de casa.

No pueden asomarse a sus ventanas.

No pueden reírse en público porque los hombres no pueden escuchar sus voces.

No pueden aparecer en ningún medio de comunicación.

Son obligadas a usar un burka que cubra totalmente su cuerpo de pies a cabeza.

No pueden maquillarse ni pintarse las uñas (ha habido casos de mujeres a las que les han amputado los dedos por hacerlo).

Serán lapidadas públicamente si mantienen relaciones sexuales fuera del matrimonio.

No pueden enseñar los tobillos.

No pueden hacer deporte.

No puden usar tacones.

No pueden usar baños públicos.

En definitiva, a penas pueden vivir. Y si se rebelan… humillaciones, palizas públicas o ejecuciones. También apedrean a las mujeres que son acusadas de adulterio o les cortan las manos a las que son acusadas de robar.

Los talibanes se han hecho con el control total de Afganistán tras tomar Kabul este domingo. De momento no hay informes que aseguren que están imponiendo estas medidas en las zonas que ya controlan desde hace días pero ya hay denuncias sobre el trato a las mujeres y los niños que revelan lo que nadie quiere creer: que volverán a imponer su Estado de caos, terror y sumisión como ya hicieron hace más de 20 años.