Internacional
Internacional

Starmer propone recetar inyecciones adelgazantes a obesos en paro para que «vuelvan a trabajar»

Los laboristas de Reino Unido apuntan que cogen 4 días más de baja de media y quieren "reducir la presión" sanitaria

El Gobierno del laborista Keir Starmer ha propuesto este martes recetar inyecciones a obesos desempleados de Reino Unido para permitirles «que vuelvan a trabajar» y ayudar, a la vez, a «reducir la presión sobre la sanidad pública británica. El ministro de Sanidad Wes Streeting ha asegurado que la obesidad está provocando que los trabajadores «se tomen cuatro días más [de baja] por enfermedad», lo que supone una «enorme carga» para el Servicio Nacional de Salud (NHS, National Health System), dado que son millones de británicos quienes la padecen, asegura.

Wes Streeting ha cifrado en 11.000 millones de libras al año el coste que asume el NHS por las enfermedades relacionadas con la obesidad, una cuantía superior a la de tratamientos relacionados con el tabaquismo. Además, el ministro ha generado un gran revuelo en Reino Unido con un artículo de opinión que firma en The Telegraph, en el que afirma que la presión que sufre la sanidad pública británica la están ejerciendo «cinturas cada vez más anchas».

Menor productividad y más días de baja

En cuanto a cómo afecta al empleo, Streeting no sólo ha indicado que las personas con obesidad cogen, de media, cuatro días más de baja laboral que el resto, sino que también supone una menor productividad que, sumado al plano de la salud, se traduce en un coste de 74.000 millones de libras, ha explicado. Además, muchos trabajadores dejan el trabajo de manera definitiva por las complicaciones derivadas de la enfermedad.

Así, el Gobierno británico ha llegado a un acuerdo con la farmacéutica Lilly, que llevará a cabo estudios para desarrollar nuevos tratamientos. En este marco, cerca de 250.000 ciudadanos recibirán en los próximos 3 años inyecciones del medicamento Mounjaro y se valorará cuál es su impacto en la reincorporación laboral y en la demanda en el NHS. El estudio, que tendrá su base en Mánchester, durará 5 años y cuenta con una inversión inicial de 279 millones de libras del Gobierno.

Buena parte de las críticas vertidas han apuntado que el Gobierno habla de las personas con obesidad por «su valor económico» y que  el estudio va a beneficiar 250.000 ciudadanos, mientras que los especialistas sólo pueden asumir la atención de menos de 50.000 pacientes al año.

Los medicamentos que se someterán a estudio tienen un efecto de pérdida de apetito y esta sensación es más prolongada en el tiempo que con otros fármacos. Imitan el funcionamiento de una hormona que provoca ese efecto de saciedad. Numerosas voces de expertos han querido señalar el peligro de plantear la pauta de estos medicamentos como una solución rápida, y apuntan que, aunque puedan funcionar, deben aplicarse bajo seguimiento médico, combinado con una cambio de estilo de vida que incluya una dieta saludable y la práctica de actividad física.

Por su parte, el primer ministro laborista Keir Starmer subrayó en una entrevista con la BBC los beneficios de la propuesta sobre la salud de las personas con obesidad, así como sobre la economía británica al permitir que se reincorporen al mercado laboral a la vez que reducen presión y gasto sobre el sistema sanitario.