Internacional
Casa Real Británica

La Reina Isabel II no tenía pasaporte y esta era la razón

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Elizabeth Alexandra Mary era el nombre completo de Isabel II la reina más longeva de Europa, la única que no tenía pasaporte. La reina Isabel II estuvo en 120 países a lo largo de su reinado. Una de las pocas personas que ha conseguido recorrer medio mundo, parte del imperio que heredó con poco más de 25 años cuando se convirtió en reina. La mujer que no tenía que ser reina, pero que finalmente lo fue, no tenía necesidad de usar pasaporte y esta es la razón de esta excepción.

Isabel II no tenía pasaporte y esta era la razón

La página web de la casa real británica explicó en su día alguna de las curiosidades que rodeaban a la que fue reina de Inglaterra. Tal como aparecía en su web: “Cuando viaja al extranjero, la Reina no requiere un pasaporte británico”. Es importante saber qué documento usaba su majestad en sus viajes.

Un pasaporte británico tiene en la corona real su razón de ser. La reina Isabel II era la corona personificada. La máxima representante del territorio que durante más de 70 años se ha convertido en todo un símbolo. En este último adiós que le dedica el pueblo británico, se despedirán de la única persona en todo el país que no necesitaba tener este documento para viajar.

Según explican: “El Secretario de Estado de Su Majestad Británica solicita y requiere, en nombre de Su Majestad, a todos aquellos a quienes les concierne permitir que el portador pase libremente sin impedimentos ni obstáculos y que le brinde al portador la asistencia y protección que sea necesaria.”

Una condición que en estos momentos no se cumple, solo Isabel II podría disfrutar de este privilegio durante su reinado y constantes viajes. Carlos III y su padre el duque de Edimburgo contaban con pasaporte, además de no disfrutar de otras excepciones que si contaba la reina y que también van saliendo a la luz.

Isabel II tampoco tenía carné de conducir, a pesar de que la vimos muchas veces al volante de su propio coche. La reina también estaba excepta de examinarse o de renovarse la licencia que ya le era otorgada de forma automática. Un privilegio que solo ella fue capaz de ostentar. Hasta 1993 después de su año de desgracias y viendo la impopularidad de la corona, no pagó impuestos, todo lo que ganaba era patrimonio neto para la casa real, una de las más ricas del mundo.