Internacional

Juego sucio del partido de Maduro para dilatar el referéndum revocatorio y mantenerse en el poder

Continúa el proceso para la convocatoria de un referéndum revocatorio contra el dictador venezolano, Nicolás Maduro. Y continúa el juego sucio de éste para dilatar y enfangar la iniciativa de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la alianza opositora que domina la Asamblea Legislativa con mayoría cualificada de dos tercios des de las últimas elecciones de diciembre de 2015. Ahora le ha tocado al partido del mandatario, el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), criticar la legitimidad de las dos millones de firmas recogidas por los opositores para iniciar el proceso y pedir una suspensión del mismo a las autoridades judiciales.

El PSUV, liderado por Maduro, ha criticado a la MUD por lo que ha calificado de «estafa» en la recolección de firmas para convocar el referéndum revocatorio contra Maduro. «Ha sido vulnerado el derecho de miles de venezolanos, cuyos datos han usado con fines que ellos no acompañan», ha declarado este lunes el responsable del ámbito electoral del PSUV, Carlos Mogollón. El responsable electoral del PSUV ha afirmado que las identidades de miles de personas han sido «usurpadas» y falsificadas por parte de la MUD.

Cabe recordar que este proceso se inició el pasado mes de abril y que, de cumplirse los plazos como estaban previstos, a mediados o finales de septiembre se podría convocar el referéndum sin problemas, en caso de que la oposición logre las firmas requeridas. Pero el aparato chavista está retrasando todos los plazos, con el objetivo de hallar algún fallo en el proceso o de que éste no pueda activarse a tiempo de que salga el PSUV de la Presidencia. Si el referéndum finalmente es convocado, pero se hace después del 10 de enero, cuando queden sólo dos años del mandato de Maduro, y aunque los venezolanos ordenen el cese del presidente, no habría nuevas elecciones presidenciales, sino que el vicepresidente, Aristóbulo Isturiz, gobernará en funciones hasta 2019.

Mogollón ha acusado a la MUD de haber permitido que de los casi dos millones de firmas que entregó, unas 600.000 fueran «falsas», que fue el número firmas que el Comité Electoral Nacional (CNE) rechazó al comienzo del proceso.

«Luego de eso, con el 1.300.000 personas para ir a validar, miles de venezolanos participaron en el proceso de exclusión y retiraron sus datos del registro. No pueden decir que entregan tres millones de firmas, que terminan validadas un 1.300.000 y sólo pueden terminar validando 450.000 firmas», ha criticado Mogollón, que ha pedido a las autoridades judiciales que revisen el proceso por supuesto «fraude».

Para que se siga adelante con el revocatorio, la MUD sólo necesitaba validar 200.000 firmas, pero ha logrado más del doble. El CNE tiene ahora 15 días para revisarlas, pudiendo rechazarlas y solicitar nuevas firmas, como ocurrió cuando la oposición intentó revocar al fallecido Hugo Chávez, en 2004.

Una vez completada la primera fase, en la que se encuentra actualmente, la MUD tendrá un máximo de tres días para recabar las rúbricas del 20% de los votantes registrados, es decir unos cuatro millones de venezolanos.

Si el CNE considera que se ha alcanzado el número requerido de firmas y huellas, debe convocar al referéndum revocatorio dentro de los siguientes 90 días. Para que el mandato de Maduro se considere revocado deben votar a favor de su salida igual o mayor número de electores de los que lo escogieron en 2013: 7,5 millones.

Además, la participación mínima en el referéndum ha de ser del 25%, unos 4,8 millones. Y, claro, siempre antes del 10 de enero de 2017. O, si no, el PSUV seguirá en el poder.