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Colombia

Duque asume como presidente de Colombia acordándose de «la verdadera paz» y del dictador Maduro

El nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, no ha tardado ni medio segundo en dejar claro que pretende tomar su puesto con la firmeza de convicciones exhibida durante su campaña. Así, en su discurso de posesión, ha anunciado «correcciones» al acuerdo firmado por su antecesor, Juan Manuel Santos, con los narcoterroristas de las FARC a finales de 2016. Y, además, ha lanzado una advertencia al dictador venezolano, Nicolás Maduro.

«Por el respeto a Colombia y por el mandato ciudadano que recibimos, desplegaremos correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición», ha afirmado el mandatario en las afueras del capitolio, en la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá. Respecto del país vecino, Venezuela, Duque —que ya denunció cuando era senador a Maduro an te la Corte Penal Internacional— ha aclarado asumirá «la responsabilidad que como sociedad tenemos de atender a nuestros hermanos venezolanos en su condición de migrantes y que hoy tocan nuestras puertas».

Sin citar expresamente a Maduro, el presidente colombiano ha remarcado que buscará «que en defensa de los valores democráticos nosotros rechacemos cualquier forma de dictadura en el continente americano, y la denunciemos», un término con el que ya se ha referido en múltiples ocasiones al mandatario venezolano.

Duque ha sido el cabeza de cartel de la coalición formada por el Centro Democrático (CD) fundado por el ex presidente Álvaro Uribe y el Partido Conservador liderado por el también ex mandatario Andrés Pastrana. Junto a su compañera de ‘ticket’, la conservadora Marta Lucía Ramírez, ha impulsado una unión entre los diversos grupos sociales y políticos que se opusieron con firmeza a la redacción del texto sellado por Santos y el terrorista Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, bajo los auspicios de la dictadura cubana de los Castro.

Su campaña no se centró exclusivamente en la revisión de los acuerdos, pues el mensaje político de Duque estaba basado en el cambio generacional que representa —»formo parte de ese 73% de colombianos menores de 45 años», dijo en una entrevista con OKDIARIO—, en la seguridad jurídica «para atraer inversiones a Colombia que den trabajo», y en lo que él mismo ha dado en llamar la «economía naranja».

Éste ha sido realmente el centro de su mensaje político, la esencia que lo define, más allá de las obligaciones institucionales en las que cree y que lo han aupado a la Presidencia. La ‘economía naranja’ de Duque está basada en «cuatro pilares», defiende el nuevo mandatario colombiano: «El primero, el Patrimonio Ancestral cultural de Colombia,; en segundo lugar, las artes visuales y las escénicas; en tercer puesto, los medios como TV, cine, radio, revistas, periódicos, digitales; y en cuarto lugar las creaciones funcionales como arquitectura, publicidad, diseño, animación digital, etcétera».

Es un proyecto de economía basada en el conocimiento que pretende «poner a Colombia en el lugar que le corresponde», hacerla «escalar los peldaños que nos separan de países hermanos como España». Así lo defendió en una de sus últimas visitas a nuestro país, en el Nueva Economía Fórum, donde ya como candidato presidencial favorito, atrajo la atención de líderes políticos y económicos.

En todo caso, este 7 de agosto, en Bogotá, Duque ha dado su discurso inaugural, poniendo el peso en los asuntos más candentes y urgentes, esencialmente «la construcción de la paz verdadera» en Colombia. No en vano, el país cafetero ha sufrido más de medio siglo de terrorismo guerrillero y, tras la firma con las FARC y la implementación de los textos —aunque el acuerdo fue rechazado en plebiscito el 2 de octubre de 2016—, Santos ha dejado a medio camino unas negociaciones con el otro grupo terrorista aún vigente en el país, el autodenominado Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Duque ha anunciado un endurecimiento en las condiciones de los diálogos de paz que se desarrollan con el ELN. «Quiero dejar absolutamente claro, que un proceso creíble debe cimentarse en el cese total de acciones criminales, con estricta supervisión internacional, y tiempos definidos», ha dicho el mandatario durante su discurso de posesión.

Duque ha defendido que durante sus primeros 30 días de Gobierno evaluará las conversaciones con el grupo terrorista, iniciadas de forma oficial en febrero de 2017. El nuevo jefe de Estado, de 42 años, aseguró que se reunirá con las Naciones Unidas y la Iglesia católica, que han acompañado las negociaciones, para que «compartan con nosotros el balance acerca del mismo».