El Gobierno en pleno de Santos citado como testigo por el caso de corrupción Odebrecht en Colombia

Colombia
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. (Foto: EFE)

Un senador detenido en Colombia, otro más, por el caso de corrupción más grande jamás visto en América Latina, el de Odebrecht. Bernardo ‘el Ñoño’ Elías ha caído, pero no lo quiere hacer solo. Su defensa ha reclamado a la Corte de Justicia que Juan Manuel Santos y todo su Gobierno en pleno declaren como testigos en la causa que lo puede incriminar y acabar con sus huesos en la cárcel.

Este jueves, ‘El Ñoño’ Elías —el senador del Partido de la U, liderado por el presidente de la República— fue detenido tras ser señalado por otro miembro de la Cámara Alta, implicado en el escándalo. Según las pruebas entregadas por el senador Otto Bula, Elías habría recibido hasta 17.000 millones de pesos (4,7 millones de euros) de un total de 84.000 millones (más de 23 millones de euros) que se habrían pagado para sacar adelante el contrato de construcción de varias carreteras en el país.

La constructora brasileña Odebrecht ha pasado años, décadas quizá, repartiendo presuntamente millones de dólares entre políticos de todo el cono sur para lograr contratos en situaciones ventajosas. Recientemente, se reveló que la campaña para la reelección de Santos en 2014 fue financiada ilegalmente por este conglomerado de la obra civil, relacionado asimismo con la caída de Lula da Silva y su sucesora en la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff.

A pesar de haber concedido varios contratos a Odebrecht desde el poder, El presidente Santos siempre ha negado tener conocimiento alguno de estos pagos.

Ahora, la Corte Suprema de Justicia de Colombia ha aceptado que todo el Gabinete ministerial sea citado para que declare cómo se firmó con Odebrecht el contrato para la construcción de la vía Ocaña-Gamarra, en la Ruta del Sol II. 

Un fin de mandato como un calvario

Se da la circunstancia de que estas dos detenciones recientes de senadores del partido de Santos han colocado al Centro Democrático (CD), la formación de su mayor enemigo en la política colombiana, Álvaro Uribe, como la fuerza mayoritaria en el Senado, la Cámara más importante del sistema político en el país suramericano.

Según la Ley de Equilibrio de Poderes, promulgada en 2014, cuando un representante político es sometido a proceso judicial por causas de corrupción —como es el caso— no sólo pierde su escaño hasta que una sentencia firme lo exonere, sino que su partido no puede sustituirlo por un suplente.

Así las cosas, el final del mandato de Juan Manuel Santos puede convertirse en un calvario definitivo. Hundido en las encuestas de aprobación popular, con la economía hundida y sin ser capaz de capitalizar la presunta pacificación de un país sometido a más de medio siglo de narcoterrorismo —con el acuerdo firmado con las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las conversaciones con el autobautizado Ejército de Liberación Nacional (ELN)—, Santos queda ahora en minoría.

En estas fechas se están postulando los aspirantes a candidato presidencial  para las elecciones del año 2018 en los dos bloques principales de la política colombiana. Por el lado del uribismo, los máximos favoritos son Luis Alfredo Ramos, Iván Duque y, algo más retrasado, Carlos Holmes Trujillo. El CD está trazando una amplia coalición con el Partido Conservador del también ex presidente Andrés Pastrana y todos los sondeos sitúan esta opción —más allá de quién sea el candidato— como la favorita para llegar a la Casa de Nariño en 2019.

Por el lado del bloque heredero de Santos, recientemente se ha postulado Humberto Lacalle, ex líder de la negociación con las FARC en la sede de la dictadura cubana de los hermanos Castro. Además, el ex vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien renunció en marzo al cargo para preparar su asalto a la candidatura. Ninguno de los dos parece que aúne muchos apoyos, según las últimas encuestas.

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