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RUSIA

Un general de EEUU afirma que el líder del Grupo Wagner está «muerto» o «encarcelado»

El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, podría estar muerto o encarcelado y su muy publicitado encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin, después del golpe fallido, probablemente fue fingido. Así lo explicó ayer el general militar estadounidense, Robert Abrams, en unas declaraciones que han socavado buena parte de la narrativa conocida hasta ahora acerca de la rebelión militar en Rusia del pasado 24 de junio.

Abrams, ex comandante de las fuerzas armadas estadounidenses en Corea del Sur, aseguró que Prigozhin «no será visto en público en los próximos tiempos, dado que está en prisión o van a tratar de esconderlo de alguna manera, pero dudo que lo volvamos a ver».

Cuando fue preguntado si creía que Prigozhin estaba vivo tras protagonizar el mayor desafío para el régimen de Putin desde que llegó al poder en 1999, Abrams dijo que «personalmente no creo que lo esté, pero si lo está está encarcelado en alguna parte».

El general retirado de cuatro estrellas, también expuso sus dudas sobre la reunión que, según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, Prigozhin en compañía de sus altos mandos del Grupo Wagner mantuvo con Putin el 29 de junio, a los cinco días del malogrado motín militar.

«Me sorprendería si de alguna forma vemos una prueba de vida de que el presidente ruso se reunió con Prigozhin. Todo creo que está muy escenificado», manifestó Abrams un día después de que Peskov dijera a los periodistas que Putin había invitado a 35 personas a la reunión formal y que había estado con ellos por espacio de tres horas.

Del mismo modo, también indicó que en el encuentro habían estado presentes otros miembros de la administración Putin, como el jefe de la guardia nacional  Viktor Zolotov, y el jefe de la inteligencia extranjera (SVR), Sergei Narishkin. El portavoz del Kremlin afirmó que Putin ofreció su «evaluación» de las acciones del grupo Wagner durante la guerra, en Ucrania, donde lideraron la sangrienta lucha para capturar la ciudad de Bajmut, y también «sobre los hechos del 24 de junio», en referencia al día del motín.

El presidente ruso también  «prestó atención a las explicaciones ofrecidas por los comandantes y les dió varias opciones para un mayor rendimiento en los combates», según el portavoz del Kremlin. Añadió que «los propios comandantes dieron su versión de lo ocurrido. Hicieron hincapié en que son verdaderos patriotas, partidarios acérrimos y soldados del jefe de Estado y del comandante en jefe, así como que están listos para seguir luchando por su patria».

Prigozhin, de 62 años, mantuvo en los últimos meses públicamente varias disputas con los altos mandos militares rusos, incluido el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, por la dirección y estrategia seguida en la guerra en Ucrania. El colofón del enfrentamiento tuvo lugar con la toma del control de la ciudad rusa de Rostov del Don.

A continuación, Prigozhin ordenó a sus fuerzas que marcharan hacia Moscú, pero todo se abortó tras la intervención del presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, quien admitió haber negociado una tregua entre el jefe de los mercenarios y el Kremlin.

Según el acuerdo, Prigozhin quedaría libre de todo cargo de traición si se exiliaba a Bielorrusia, pero Lukashenko aseguró la semana pasada que Prigozhin había regresado a Rusia.

Según varios medios de comunicación, uno de los aviones de Prigozhin, había estado realizando varios viajes entre ambos países en los días posteriores al golpe. También la semana pasada trascendió que Prigozhin había sido visto en las oficinas de San Petersburgo del servicio de espionaje ruso, donde supuestamente llegó para que le devolvieran el arsenal de armas que había sido confiscado en una redada a su mansión con motivo de la rebelión militar.

Igualmente, una fuente anónima del Pentágono afirmó la semana pasada que Prigozhin podría estar utilizando dobles para escabullirse del control policial y de los espías. Aunque casi al mismo tiempo, el líder de los mercenarios lanzó un mensaje de audio para agradecer a quienes le habían apoyado el 24 de junio.

A día de hoy, se desconoce el paradero y los planes futuros del líder de los mercenarios del Grupo Wagner en el caso de que estuviera vivo.