Internacional
Exclusiva mundial | Primera gran entrevista con la exfiscal general de Venezuela (I)

Luisa Ortega: «Lucharé hasta mi último aliento para que Maduro no disfrute el dinero robado»

Venezuela se desangra. No es sólo la crisis institucional, que ha hundido sus estándares democráticos, sino que el país más rico en recursos naturales del planeta vive sumido en el mayor hundimiento continuado y acelerado que se conoce de una economía. Según el Fondo Monetario Internacional, la inflación que provoca la política de Nicolás Maduro es mayor al 700% anual. El bolívar es una moneda desahuciada, que no cotiza. La producción agraria ha desaparecido y la mayor bonanza de la historia en el precio del petróleo ha sido dilapidada. ¿Dónde están los miles de millones de dólares ingresados en los últimos 15 años con un crudo a más de 100 dólares el barril?

Hoy, Rusia y China son dueñas de la mayor parte de la deuda externa del país, petroleras como Exxon Mobile tienen los ojos echados sobre los nuevos descubrimientos de bolsas submarinas de oro negro que dejan en ridículas las reservas de Arabia Saudí, pero los venezolanos hacen colas de horas desde la madrugada para ver si hallan un kilo de arroz en los estantes de las tiendas, o siquiera un paquete de papel higiénico. Los hospitales carecen de los medicamentos necesarios para tratar a los enfermos crónicos o a los recién nacidos prematuros… y ya se han declarado casos de paludismo.

Sin embargo, inversiones milmillonarias procedentes del país caribeño llegan cada día a España, Estados Unidos, Canadá… ¿Quién está detrás de esos dineros? ¿Por qué empresas locales españolas reciben inyecciones fuera de mercado y contratan, a la vez, lobbies de presión en el Congreso de EEUU? ¿Es sólo el dinero de la droga procedente de las FARC colombianas, o es que alguien está vaciando las arcas nacionales para asegurarse un futuro el día que caiga el régimen? ¿Quién tiene interés en mantener el chavismo vivo? ¿Y para qué?

Luisa Ortega Díaz, fiscal general venezolana en el exilio, continúa su trabajo desde Bogotá. Con un equipo de funcionarios fieles a ella y perseguidos por los secuaces del tirano Nicolás Maduro, fue sacando durante su década en el Ministerio Público copia de cada uno de estos dosieres. Hoy vale más por lo que calla que por lo que dice. Pero está dispuesta a hablar, de hecho ya lo está haciendo. Quizá labrándose una nueva imagen ante una población y una oposición que la sigue viendo como brazo ejecutor de la represión bolivariana, que comenzó a la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999. Quizá buscando un futuro político como bisagra útil en la presidencia de una próxima transición.

PREGUNTA.– Uno de los escándalos de corrupción más sonados ha sido el de Odebrecht. Esto ha puesto a correr al régimen. Quizá fue uno de los factores decisivos para atacarla a usted en los últimos días y hacerla salir del país. ¿Cómo avanza ese tema?

RESPUESTA.– Sí, seguimos trabajando. Ya es evidente, todo el mundo sabe que tenemos muchas evidencias. Lo que estamos esperando es que algunos Ministerios Públicos actúen. De todas maneras, con nuestro equipo estamos evaluando la posibilidad de accionar nosotros mismos algunos casos relacionados con Odebrecht, que comprometen a muchos venezolanos.

P.– ¿Cómo opera la fiscal a nivel internacional?

R.– Nosotros estamos siguiendo las investigaciones, tenemos un sistema de seguimiento de casos que registra todas las causas que había hasta el momento en que yo salí de Venezuela. Y con base a eso, más los expedientes que trajimos digitalizados, ya venimos oficiando, construyendo informes, interactuando con las Fiscalías de otros países. La idea es lograr congelar las cuentas de los testaferros, de los familiares de los funcionarios del Gobierno, porque no van a disfrutar del dinero de los venezolanos, los dineros que les robaron a los venezolanos. Hasta el último aliento mío voy a trabajar en eso.

Francisco Poleo (Revista Zeta), Alberto D. Prieto (OKDIARIO) y la fiscal Ortega Díaz al finalizar la entrevista en Bogotá. (Foto: E. Falcón)

P.– Muy vinculado a lo que ha pasado aquí en Colombia, con la Justicia Transicional que se ha creado para salir del conflicto de medio siglo. Cuando hay una tiranía que ha saqueado un país como en Venezuela, los funcionarios del gobierno se protegen y protegen sus dineros. ¿Usted cree que será necesario, en el proceso de salida del madurismo, transigir con algunas cosas?

R.– A mi criterio, hay delitos que no se pueden transar [negociar]. El tema de los derechos humanos es innegociable. Yo ya fui a la Corte Penal Internacional y pedí la privativa de libertad para Nicolás Maduro y cuatro generales. Yo no sé más adelante, pero ahora yo no creo que se esté planteando una Justicia Transicional. Yo creo que aquí debe haber justicia, y que respondan de estos hechos tan graves. Y no sólo desde el punto de vista penal, sino que hay que recuperar esos dineros. Que no puede ser en este momento, porque se los van a llevar otra vez.

P.– ¿Y la relación con las FARC y el narcotráfico?

R.– En el tema de drogas las sanciones tienen que ser ejemplarizantes. Y bueno… yo… Yo soy una persona de avanzada [vanguardia]. Yo creo en los cambios, pero en este momento no podemos hablar de Justicia Transicional. Los responsables de estos graves crímenes de lesa humanidad tienen que responder, los responsables de la corrupción y de que Venezuela sea un país de tránsito de la droga tienen que responder.

P.– Hablando de responsabilidades. Políticamente hablando, ¿traicionó Maduro a Chávez? Porque lo único que le falta a Maduro ya es echarle la culpa a Chávez de lo que está pasando. ¿Traicionó su legado o es la continuación?

R.– Yo lo que te puedo decir es que demostró una gran incapacidad. Demostró no ser un hombre de Estado, demostró ser por el contrario un violador de los derechos humanos, que ha sometido al venezolano a la miseria, al hambre, a la inseguridad. Que quiere doblegar la voluntad del venezolano para sus intereses personales. Eso es lo que ha hecho. Y yo creo que tarde o temprano tiene que haber justicia por estos delitos y violaciones de los derechos humanos. ¡Y es que además se han enriquecido! Los recursos del Estado, de todos los venezolanos, se los han apropiado. Y por eso la sociedad venezolana está sometida a esta miseria. El país tiene una destrucción absoluta. ¡Es la ruina! Esto ya lo he dicho muchas veces: la manera en que la gente hurga en la basura, eso nunca se había visto en Venezuela. 

P.– ¿Y qué se puede hacer?

R.– El salario no le alcanza al venezolano para los alimentos básicos. Hay que cambiar esto, modificarlo, hacer propuestas en función de la solución de estos problemas, pero propuestas serias y que arrojen resultados. Maduro destruyó el aparato productivo. Le interesaba una economía de poder con los dólares Destruyó a los pequeños productores que aportaban para el país y además resolvían sus problemas. Ahora, ya no tienen interés en producir, porque les fueron cercando. Como han cercado a los empresarios.

P.– ¿Hay seguridad jurídica para invertir en Venezuela?

R.– No. En Venezuela no la hay, no hay estabilidad. Cualquier persona que invierta en Venezuela se arriesga a que le expropien la empresa, la finca, el negocio. A que se lo cierren o le impongan condiciones de venta. Una persona no va a tener un negocio para perder dinero, o para favorecer al Gobierno. ¡Pero le imponen los precios! Y el valor de la compra de los productos está por encima del precio que le quieren imponer. Es una situación bastante delicada y que no genera ninguna seguridad jurídica.

La fiscal Ortega Díaz reflexiona al acabar su encuentro en exclusiva con OKDIARIO y la Revista Zeta. (Foto: E. Falcón)

P.– Entonces podemos hablar de una diferencia entre el chavismo y el madurismo. ¿Son cosas distintas?

R.– Bueno, yo no los evalúo como si son de derecha, izquierda, chavistas, maduristas… Los evalúo por el resultado y, como decía el libertador [Simón Bolívar], por la mayor suma de felicidad que tenga el pueblo. En Venezuela no hay felicidad, no hay alimentos, no hay medicinas, no hay seguridad, no hay seguridad jurídica ni personal. Indudablemente, es un Gobierno que no sirve, son violadores de derechos humanos. Estamos hablando de que están atropellando a los venezolanos, están matando a los venezolanos, asesinándolos, desapareciéndolos.

P.– ¿Por denunciar la corrupción?

R.– Hay un caso que lamentablemente no mencioné en la denuncia que presenté ante la Corte Penal Internacional [cuando denunció a Maduro y su círculo por las desapariciones]. Pero como me reservé la posibilidad de consignar nuevos elementos, lo haré: es la desaparición forzada de Alfredo Mora, una persona que vivía en el estado Mérida, y presuntamente por algunas denuncias que hizo de hechos de corrupción, fue desaparecido. Nosotros trabajamos en esa investigación y seguramente la paren ahora, ya con este nuevo fiscal general que está ahora en Venezuela, el usurpador Tarek William Saab, ex defensor del pueblo]… Trabajamos en esos casos, pero en Venezuela también hay desaparición forzada. Hay persecución ideológica, persecución política, hay detenciones arbitrarias, asesinatos y torturas.