Batalla campal en Brasilia entre la policía y los manifestantes contra los recortes
La Policía brasileña se enfrentó este martes con grupos de manifestantes que quemaron varios vehículos en Brasilia frente al edificio del Congreso, donde se tratan polémicas iniciativas para hacer frente a la crisis política y económica del país.
Según estimaciones de la Secretaría de Seguridad del Distrito Federal, unas 10.000 personas participaron en la protesta contra un proyecto de enmienda constitucional que pretende congelar los gastos públicos durante 20 años.
Algunos manifestantes, identificados con la izquierda y los movimientos estudiantiles, ingresaron al espejo de agua frente a la entrada principal del Congreso y volcaron un vehículo, antes de ser dispersados por una lluvia de gases lacrimógenos, indicaron periodistas.
Pero los participantes en la marcha resistieron las cargas policiales erigiendo barricadas a lo largo de la explanada de los ministerios, donde quemaron varios vehículos estacionados. En los enfrentamientos, destrozaron los vidrios de varios ministerios y realizaron pintadas en sus muros.
El gobierno conservador de Michel Temer considera que la limitación del gasto público es una medida esencial para impedir la «quiebra» del país, que cerrará 2016 con su segundo año consecutivo en recesión.
La oposición ve en cambio en esa iniciativa una amenaza de degradación aún mayor de los ya empobrecidos sectores de salud y educación.
«Espero que los senadores, antes de apretar el botón, consigan pensar un poco en lo que está sucediendo aquí», dijo un manifestante, Gabriel Siqueira, de 21 años.
«Soy estudiante de economía, soy becario, pero las becas ya están siendo cortadas. Quiero formarme, hacer una maestría, pero es cada vez más difícil estudiar porque ellos están aprobando ese tipo de cosas», agregó, señalando hacia el Congreso.
Antes de que se iniciaran los disturbios, los participantes coreaban «Fuera Temer», quien llegó al poder tras la destitución este año de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas. La reforma constitucional debería ser aprobada este martes con una confortable mayoría en primera lectura en el Senado.
Un diputado del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Zé Geraldo, entró al plenario donde se debatía un paquete de medidas contra la corrupción para avisar a sus colegas que en los alrededores del palacio legislativo se había desencadenado «una verdadera guerra».
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