¿Cómo se hace?
Uñas

Es posible y rápido: el truco para secarse las uñas de gel sin luz ultravioleta

Los esmaltes para uñas en gel son cada vez más populares gracias a su facilidad de uso y lo bien que quedan una vez secados. Pero para que esto pase deberás esperar un rato o bien exponer tus manos a la luz ultravioleta, algo que no se recomienda considerando que puede ser peligroso para tu salud. Entonces, ¿cómo secarse las uñas de gel sin luz ultravioleta?

Si quieres evitar ese riesgo pero obtener los muy buenos resultados de los esmaltes para uñas en gel, puedes utilizar una lámpara LED o bien seguir algunos otros trucos que tenemos para ofrecerte. Ninguna de estas dos soluciones te provocará daño alguno.

Secar las uñas con una lámpara LED

Debes ponerte unos guantes sin dedos o aplicarte una capa de protector solar antes de exponer tus manos a la lámpara LED. Aunque no causa reacciones alérgicas, sus rayos son potencialmente dañinos y es mejor estar protegido como se aconseja.

La principal ventaja de las luces LED es que pueden secar el esmalte para uñas en menos de un minuto contra los aproximadamente ocho o nueve minutos que necesita la luz ultravioleta. Aclarado esto, y aplicada una capa fina de producto en cada una de tus uñas, coloca la mano debajo de la lámpara durante 45 segundos. Asegúrate de que todos estén en las ranuras para dedos.

Recuerda que las instrucciones pueden variar de una lámpara a otra así que no lo olvides cuando la enciendas.

Tambien puedes aplicar una segunda o tercera capa y repetir el procedimiento de secado.

Secar las uñas con otras técnicas caseras

Hay algunos métodos más por los que puedes optar para secar las uñas de gel. Lo primero es contar con una marca de este tipo de esmalte al que no le haga falta ninguna luz para secarse. Numerosos fabricantes cuentan con este tipo de artículos cosméticos que se secan solos pocos segundos después de aplicarse en las uñas.

Otra salida puede ser aplicar, encima de la capa de esmalte, un aerosol de secado rápido. Puedes encontrarlos en las tiendas. Suelen ser muy económicos y aunque no fueron originalmente desarrollados para ello, sí que ayudan a secar los esmaltes.

Una idea más consiste en meter las manos en agua helada tras aplicar el esmalte en gel para que se congele al contacto con el frío. También es factible consultar con el profesional de la belleza que aconsejará debidamente.