Historia
Historia

Investigadores descubren la primera momia embarazada del Antiguo Egipto

Lo que creían que era un sacerdote, resultó ser una mujer embarazada que vivió en el siglo I a.C.

En 2016, investigadores de la Academia de Ciencias de Polonia comenzaron un proyecto conocido como Proyecto de Momias de Varsovia en el que analizarían los restos de varios ejemplares encontrados años atrás. La sorpresa llegó a los investigadores cuando una momia del Antiguo Egipto, que creían era un sacerdote, desveló que en su abdomen tenía los restos de lo que parecía un pie humano.

Tras un estudio a fondo de las imágenes, los investigadores consiguieron concretar su teoría: se trataba de un feto que se hallaba en el útero de este supuesto sacerdote, que resultó ser una mujer que vivió en el siglo I a.C.

La investigación también ha supuesto conocer un poco la vida de esta mujer. ¿Cómo llegó la mujer al ataúd de un sacerdote en forma de momia? Los investigadores afirman que todo podría estar relacionado con traficantes de antigüedades del siglo XIX.

Según estos, algunos de estos traficantes cambiarían de lugar a la mujer para introducirla en este ataúd que no le correspondería. Aunque desconocen el fin de este cambio, apuntan a que quizás querían venderla por más valor del que tenía la momia de la mujer por sí sola.

Aunque los investigadores no acercan a conocer el origen de la mujer, ya que el ataúd se descubrió en Tebas, confirman que se trató de una mujer que vivió aproximadamente en el siglo I a.C., y que fue enterrada, aproximadamente cuando contaba entre 20 y 30 años.

Por la posición fetal del cuerpo, los científicos polacos estiman que cuerpo de bebé se encontraba entre la semana 26 y la 30 de gestación.

Un estudio detallado

Desde el año 2016 los investigadores estudian esta momia de Hor-Djehuty. Ya en el principio descubrieron que los huesos de este supuesto sacerdote eran demasiado finos como para ser de un hombre, por lo que, gracias a una reconstrucción tridimensional, descubrieron que también tenía senos.

El hallazgo del feto no dejó lugar a dudas a los científicos y acreditaron que este sacerdote no era tal y se trataba de una mujer.

«Nuestra primera sorpresa fue que no tenía pene, y que tenía pechos y pelo largo, y descubrimos que era una mujer embarazada. Cuando vimos un pequeño pie y después una pequeña mano, realmente nos quedamos muy impactados» aseguró Marzena Ozarek-Szilke, coautora del estudio que ha sido recientemente publicado en la revista Journal of Archaeological Sciene.