La historia de los derechos humanos en España: un recorrido
La historia de los derechos humanos en España es testimonio de un proceso en constante evolución. Desde sus orígenes hasta la actualidad.
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España se ha caracterizado históricamente por ser un país comprometido con los derechos humanos. Mucho antes de la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789, España ya había incluido en su legislación derechos consustanciales e inalienables para los hombres. En el reconocimiento de estos derechos, tuvo mucho que ver el encuentro de los españoles con los nativos de América.
Los abusos perpetuados por los conquistadores contra los indígenas del continente americano despertaron una profunda reflexión acerca de los aspectos más inadmisibles de la política colonialista. Por esta razón, la Corona española promovió un relativo respeto hacia los derechos de los habitantes nativos, con la aprobación de un cuerpo doctrinario considerado un antecedente de lo que hoy llamamos derechos humanos.
Aunque el concepto moderno de derechos humanos no existía en la Edad Media, ya se atisbaban derechos básicos dentro de las normas de convivencia. Las ‘Siete Partidas’ de Alfonso X, por ejemplo, establecían principios de justicia y protección a los más vulnerables. Sin embargo, era una época marcada por la desigualdad y la lucha de poder entre la nobleza y el pueblo.
Origen de los derechos humanos en España
La reina Isabel la Católica fue la primera monarca en preocuparse por los derechos de los indios. Para proteger su integridad, la reina determinó que seguirían siendo los propietarios de las tierras que fueron conquistadas por los españoles y dictó un decreto prohibiendo la esclavitud.
En su testamento, la Reina Isabel expresó su última voluntad con respecto a este tema al decir que: “… y no consientan ni den lugar a que los indios vecinos y moradores de las dichas Islas, y Tierra Firme, ganados y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes, más manden, que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio ha recibido, lo remedien y provean de manera…”.
El testamento de Isabel la Católica fue el punto de partida para la creación de las llamadas Leyes de Indias.
Las Leyes de Burgos de 1512
Las Leyes de Burgos, promulgada 27 de diciembre de 1512, establecían una concepción general de sobre las relaciones entre conquistadores y habitantes en el Nuevo Mundo; por tanto, se le considera el primer código colonial de la Europa moderna. En este código laboral se estipulaba, entre otras cosas, que los indios eran libres y que debían ser tratados como tales. Contaban con todos los derechos de propiedad que no podía ser explotado.
Asimismo, se hacía énfasis en que tenían la obligación de trabajar de tal manera que fuese de provecho para ellos y para la república. El trabajo debía ser conforme a sus posibilidades e ir acompañado de sus horas de distracción y de descanso.
Otro aspecto establecido en el código era el derecho de los indios a recibir un salario justo por su trabajo y a tener casas y haciendas propias. También se prohibía la ejecución de castigos a los indios y las mujeres embarazadas de más de cuatro meses eran eximidas del trabajo.
La Ilustración y la Promulgación de Ideas
El siglo XVIII trajo consigo la Ilustración, un movimiento que cuestionó las estructuras de poder y promovió el uso de la razón. Filósofos como Juan Luis Vives y Gaspar de Jovellanos comenzaron a abogar por la educación y el bienestar social. La «Constitución de Cádiz de 1812» fue un hito importante, ya que reconocía algunos derechos fundamentales y sentó las bases para un estado más democrático.
El Siglo XIX: luchas y Avances
Durante el siglo XIX, España vivió un periodo de inestabilidad política que afectó el avance de los derechos humanos. A pesar de ello, se promulgaron leyes que buscaban limitar el poder del absolutismo y garantizar derechos como la libertad de imprenta y la igualdad ante la ley. Sin embargo, las guerras y las luchas internas dificultaron su implementación efectiva.
La Declaración Universal de Derechos Humanos y la Constitución española de 1978
En España, las normas que contemplan los derechos fundamentales y libertades deben interpretarse según la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados internacionales que han sido adoptados en el país.
La Declaración Universal es un hito en la historia de los derechos humanos. Fue creada por representantes de todo el mundo y fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948. La misma establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en todo el mundo y constituye un referente para nuestro sistema de derechos.
En consonancia con la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Constitución española de 1978 hace énfasis en la existencia de “derechos inviolables que son inherentes” a las personas (artículo 10, uno de los preceptos más importantes de la Constitución). Los derechos humanos tienen su razón de ser en la dignidad de la persona que, junto con el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a las normas y a los derechos del resto, forman el fundamento del orden político y de paz social que se ha dado España según la Carta magna.
España ha ratificado los tratados más relevantes en materia de derechos humanos, entre ellos los Pactos de Nueva York, de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1977) y la Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (1984).
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Temas:
- Derechos Humanos