Las epidemias olvidadas de la Edad Media: enfermedades que diezmaron poblaciones
Las epidemias olvidadas de la Edad Media tuvieron un impacto devastador en las poblaciones de Europa. Te contamos más datos.
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Epidemias que perduran en el tiempo
A lo largo de la historia, la humanidad ha sufrido numerosas enfermedades epidémicas que, al propagarse, se convirtieron en pandemias devastadoras. Estas enfermedades causaron serios estragos, diezmaron poblaciones enteras y cambiaron todos los órdenes de la vida, desde los hábitos de higiene, hasta la arquitectura de los lugares y dieron lugar al surgimiento del urbanismo.
Durante la Europa medieval, hubo muchas epidemias que acabaron con más de una cuarta parte de la población. Cualquier persona podía ser víctima de estas enfermedades, pues había muchos mitos en torno a la higiene y el baño era considerado como una actividad indeseable por Dios. Este detalle sobre la higiene, unido a la paralización de los sistemas de drenaje construidos siglos anteriores, propició la propagación de enfermedades infecciosas.
Las epidemias más devastadoras de la Edad Media
La peste de Justiniano (542)
La peste de Justiniano es la primera epidemia de peste de la que se tiene registro. La enfermedad se extendió rápidamente por Constantinopla, una ciudad de casi 800.000 habitantes, y de ahí a todo el imperio Bizantino, Asia y Europa. El propio Justiniano fue víctima de la peste y aunque se recuperó por completo, los estragos de la pandemia le impidieron restaurar la unidad imperial.
La también llamada primera peste negra, fue sumamente mortífera, pues, la capital imperial había perdido casi el 40% de su población y se calcula que cobró la vida de 4 millones de personas a lo largo de dos siglos. Procopio de Cesarea (500-560) escribió que la humanidad estuvo a punto de desaparecer.
Una de las razones por la que esta enfermedad causó tantas muertes fue porque coincidió con otras enfermedades: como la viruela, el cólera y la difteria.
Las consecuencias económicas fueron catastróficas, pues el número de muertos llegó a superar el de vivos.
La Pestilencia amarilla (550)
La pestilencia amarilla de Inglaterra, documentada en “Crónica Anglosajona”, fue una enfermedad epidémica que surgió al comienzo del medievo. La misma era un tipo de hepatitis que se extendió por el comercio marítimo y tuvo varios rebrotes.
La Peste Negra (1346)
La epidemia de la Peste Negra se propagó por segunda vez en el continente europeo y duró casi cuatro siglos. La misma inició probablemente en China (1346-1382) y se extendió por toda Asia, el norte de África y Europa. Es considerada la epidemia más devastadora de la humanidad hasta ese momento.
La Peste Negra o Peste bubónica era causada por la bacteria Yersinia pestis y se manifestaba de dos formas: una bubónica y otra pulmonar. La última se contagiaba fácilmente por contacto directo, a través de la tos, mientras que la primera lo hacía a través de un vehículo de transmisión como las pulgas, que eran transportadas a su vez por las ratas.
En la Edad Media, las ratas convivían en las grandes ciudades junto con las personas e incluso se desplazaban en las naves comerciantes, difundiendo así la enfermedad, desde los puertos del Mediterráneo, hacia las ciudades del norte del continente en 1348. La falta de alcantarillado en aquella época fue lo que provocó que las ciudades estuvieran infestadas de ratas.
El conocimiento de la experiencia pasada se había perdido y la población no supo cómo actuar. Como se desconocían las causas de la enfermedad, su origen se atribuyó a un castigo de Dios por los pecados de los hombres y la vida disoluta de la Iglesia. En consecuencia, se realizaron misas, procesiones y rezos que incrementaron los contagios.
La mortandad a causa de la Peste Negra fue terrible en toda Europa. La región italiana de la Toscana perdió entre el 50 y el 60% de la población, mientras que la península Ibérica habría perdido entre el 60 y 65%. En total, se estiman 25 millones de muertes en toda Europa.
Debido a esta epidemia, a finales del siglo XVIII se construyeron casas a prueba de incendios y ratas, surgiendo así el urbanismo.
Gripe “Sudor Inglés” (1485)
Otra epidemia olvidada de la Edad Media fue el sudor inglés. Esta gripe causó muchos estragos en Inglaterra tras la aparición de la primera oleada en 1485, al final de la Guerra de las Dos Rosas. Según las fuentes, esta gripe se propagó rápidamente en los centros urbanos, donde residían las personas adineradas y tuvo su origen en las aguas residuales y la falta de higiene.
Si bien se desconoce el número aproximado de muertos, se sabe que tuvo cinco rebrotes en la primera mitad del siglo XVI. La lepra, la viruela, la tuberculosis, la sífilis y la peste bovina fueron algunas de las enfermedades que diezmaron poblaciones enteras durante la Edad Media, dejando una marca imborrable en la historia de la humanidad. Es importante recordar estas epidemias olvidadas para comprender la fragilidad de la vida humana y la importancia de la prevención y el tratamiento de enfermedades en la actualidad.
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