Aventuras y riesgos de los peregrinos antiguos del camino de Santiago
¿Sabías que, en la antigüedad, los peregrinos del camino de Santiago se exponían a muchos riesgos y peligros? Te lo contamos aquí.
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El camino de Santiago de Italia
En la antigüedad, el camino de Santiago era una peregrinación de gran prestigio, como el día de hoy, pero eran pocos los peregrinos que regresaban sanos y salvos. El santuario construido para el santo y apóstol Saint-Santiago de Compostela, se convirtió en un sitio de peregrinaje para todos los cristianos desde el siglo XI, pero en esa época, llegar a culminarlo era enfrentarse a toda suerte de riesgos. ¿Quieres saber más sobre el tema? ¿Te estás planteando hacer el camino de Santiago? Entonces todo lo que sigue es para ti.
El Papa ofrece la remisión de los pecados
En el año 1063, el Papa Alejandro II ofreció la remisión de los pecados a los peregrinos que completaran íntegramente el viaje a Compostela. Fue entonces cuando las órdenes monásticas comienzan la construcción de monasterios para acoger a los penitentes y los reyes de Asturias inician la construcción de puentes, hospitales y albergues.
En las últimas décadas del siglo XI, el camino finalmente contaba con lo indispensable para atender a los peregrinos, aunque los ataques constituían un gran peligro. Fue cuando la corona de Castilla crea una orden de monjes soldados, la orden de Saint-Jacques-de-l’Épée.
Los peligros del camino de Santiago antiguo
Incluso con todas estas ayudas, los riesgos para los peregrinos eran inmensos y quienes se embarcaban en el viaje, conocían los peligros. Generalmente, las personas ponían sus asuntos en orden, escribían sus testamentos y despedían a sus familias. Su consuelo era, al menos, morir en tierra santa.
Los robos, asesinatos, violaciones, ataques de animales salvajes, eran moneda corriente en la época. Quienes volvían con vida relataban sus experiencias y dibujaban mapas de lugares a evitar, como los refugios de forajidos en el bosque.
El monje Poitevin Aimery Picaud, escribió entre1132 y 1135, la primera Guía del peregrino. El texto, contiene advertencias para evitar los peligros, así como consejos para los peregrinos, como donde hallar caseríos caritativos o fuentes de agua potable.
Capa, cartera al hombro y sombrero de ala blanda
Quienes volvían tras haber concluido su peregrinaje, también relataban sus aventuras, enamorados de los símbolos y las maravillas y convencidos del poder de las reliquias de Santiago. Llevaban capa, una cartera al hombro y sombrero de ala blanda, el que era blasonado con una concha santa.
Estas prendas se convierten en un símbolo de reconocimiento del peregrino, el que además llevaba un palo de hierro puntiagudo, para repeler a los perros, lobos y bandidos. Actualmente, hay quienes llevan un bordón o palo de madera, sobre el que se apoya el caminante.
¿Conocías estos peligros del camino de Santiago en la Edad Media? Deja a continuación tus comentarios o pincha en los botones de las redes sociales para compartir esta historia con tus amigos.
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