HappyFM
Televisión

Isa Pantoja desvela lo que nunca contó de la noche que saltó la valla de Cantora

  • Laura Hernández
  • Periodista. Redactora de Happy FM. Pendiente de los nuevos éxitos musicales, los salseos en realities, los dramas de las series turcas, ¡y del Benidorm Fest & Eurovisión!

Tanto Isa Pantoja como Kiko Rivera, en numerosas ocasiones han afirmado que Cantora se ha convertido en una auténtica jaula para su madre, Isabel Pantoja. En la finca pasa sus días, sin tener ningún tipo de contacto con nadie más que no sea su madre, doña Ana, o su hermano Agustín Pantoja.

A tal punto llega este aislamiento de Isabel que, recordemos, su hija tuvo que saltar la valla de Cantora para comprobar, de primera mano, cómo se encontraba. Estamos, sin lugar a dudas, ante uno de los relatos más impactantes que ha vivido Isa Pantoja. Bien es cierto que había una serie de detalles que siguieron siendo un secreto, haciendo que ese recuerdo sea aún más doloroso.

Durante su participación en ‘El programa del verano’, la hermana de Kiko Rivera desveló más detalles de ese momento: “La noche que fui yo, en el coche estaban Asraf y Albertito”. Este dato hace que el recuerdo se torne más duro si cabe. Y es que lo hizo a escondidas, aprovechando la oscuridad de la noche en un sitio que siempre ha considerado como su hogar.

El pequeño ve muy triste a su madre, Isa Pantoja, y es consciente de que algo pasa. Por ese mismo motivo, no deja de preguntarle qué ha ocurrido con su abuela, porque hace tiempo que no la ve. En ‘El programa del verano’, la joven explicó que “no sabía qué iba a pasar. Mucha gente me ha dicho que si no hubo entendimiento fue porque estaba Asraf abajo”. Además, añadió: “Yo no le quise decir que estaba Albertito, porque lo que yo quería era hablar con mi madre, no hacerle chantaje con mi hijo. Primero necesitábamos una conversación nosotras”.

De esta manera, demostraba que su madurez no tiene límites. Por si fuera poco, en toda esta guerra familiar, Isa Pantoja está siendo un ejemplo de empatía ya que entiende perfectamente a su madre. Y no solo eso, sino que no la culpa: “Hay que ponerse en el lugar de ella. Si hablando conmigo se le escapa la emoción, cuando vea a los niños no va a poder disimular que está mal y a ver cómo le explica a esos niños por qué. Los niños no lo pueden entender”.