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‘Green Book’: Mahershala Ali se convirtió así en un virtuoso del piano para su papel de Don Shirley

El proceso de inmersión de Mahershala Ali en Don Shirley

Mahershala Ali
Mahershala Ali en 'Green Book'

Cuando pienso en ‘Green Book’, honestamente, no sé por dónde empezar. La película, que sigue el viaje de Don Shirley y su chófer, Tony Lip, ha dejado tanta huella en mí, tantos aspectos que me han sorprendido (a nivel técnico y emocional), que hablar de ello es tan complicado como comenzar a escribir una de esas cartas de amor que tanto se nos atragantan. Pero lo haré por Mahershala Ali y su transformación en un virtuoso del piano.

Nos han hecho falta menos de 10 años de carrera profesional reconocida para asumir que este actor puede hacer absolutamente todo lo que se proponga. No importa el papel, no importa que sea alguien con quien esté familiarizado, ficticio o real, con un empleo u otro, con un pasado u otro… Mahershala Ali les otorga a todos una verdad única que es capaz de transmitir con la mirada como pocos. Y esa verdad está más presente que nunca en el personaje de Don Shirley.

Uno de los aspectos de la película que más puede llegar a sorprender al espectador es ver al propio Ali tocando el piano. Si bien es cierto que existen una serie de tomas en las que sólo vemos las manos del pianista, la cámara en seguida hace un batido y ahí le tenemos, sonriendo y bailando con sus manos sobre las teclas, como si fuera algo que lleva haciendo toda la vida, al igual que Don Shirley. Sin embargo, cuando el actor aceptó este papel, no había tocado el piano nunca.

Mahershala Ali - 'Green Book'

Y hay algo que tuvo claro en todo momento: no sólo debía aprender a tocar, al menos a un nivel básico, sino que tenía que aprender a sentirse como se sentía Don Shirley en el piano. Esto es algo que el nominado al Oscar a Mejor Actor de Reparto ha comentado en numerosas ocasiones, y que bien podría ser la clave de su interpretación. En ‘Green Book’ observamos un cambio enorme entre los momentos en los que Don está tocando y aquellos en los que come, va en el coche o simplemente conversa. Su posición cambia, su lenguaje corporal cambia, se va la tristeza y el miedo: es él.

Este fue en todo momento el principal objetivo de Mahershala Ali, lograr plasmar la esencia de ese pianista cuando hacía aquello que amaba, cuando nadie veía su color, sólo su arte. Para ello, contó con la inestimable ayuda de Kris Bowers, responsable de la música de la película, quien se convirtió en el profesor y cómplice del actor durante tres meses, concretamente los tres meses que precedieron al rodaje de la película.

Junto a él, el actor aprendió a moverse, a deslizarse sobre las teclas, aprendió a colocar el cuerpo y a moverlo cuando y como tocaba, aprendió a tocar el piano y a ser un virtuoso sin llegar a serlo. Aunque en ocasiones sí es Mahershala Ali el que golpea las teclas, con mayor o menor delicadeza dependiendo del momento, Kris Bowers también ha ejercido de doble en contadas ocasiones. Y ambos han sabido mimetizarse, memorizar los comportamientos de sus cuerpos, para que el espectador no note en ningún momento ese desdoblamiento en el personaje.

Un ejercicio de inmersión en Don Shirley que pocas veces tenemos la oportunidad de disfrutar en el cine. Estamos acostumbrados a interpretaciones buenas, por eso, cada vez más, pedimos la excelencia. Y eso es lo que, de nuevo, nos ha entregado Mahershala Ali en ‘Green Book’. Una maravilla.

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