Gastronomía
EL GATO | GOURMET

Madrid ya no para en agosto: restaurantes para disfrutar ahora que somos menos

Agosto ya no es lo que era antes en Madrid. Cada vez somos más los que descubrimos el encanto de ser menos en esta ciudad; lo que supone que nuestra capital está cada vez más llenita y viva en este mes. Lo que antes eran calles vacías, negocios cerrados y coches prácticamente nulos, vamos, un panorama lo más parecido al estilo The Walking Dead, ya no es tanto. Aunque sí es de justicia decir que mucho más mermada, la actividad se mantiene en Madrid porque no todos nos pirramos por ir a la playa, sudar, comer en un chiringuito, llenarnos de arena e impregnarnos de salitre —¡qué mala es la envidia para autoconvencerse de que la ciudad en verano no está mal!—.

Si se detienen a pensarlo, el olor a asfalto caldeado y el calor aplastante forma parte de nuestro ADN. Todos los años tenemos la misma película, así que no nos vamos a echar las manos a la cabeza a estas alturas. Para no bajar las pulsaciones y mantener ese ritmo colérico tan madrileño, vamos a darle marcha al cuerpo. Non stop. Aprovechen este tiempecito que Dios nos ha dado para disfrutar de la restauración en agosto, más calmada, pero igual de potente que el resto del año.

Este agosto les ofrezco dar la vuelta al mundo desde la mesa, un concepto nada nuevo, pero muy efectivo para sobrellevar las stories de nuestros amigos en destinos paradisíacos —no se preocupen, ya les tocará volver y caerán en la llamada depresión postvacional, que miren ustedes por dónde, no la vamos a tener—. No tenemos 80 días como Willy Fog para dar la vuelta al mundo, pero un mes da para mucho.

Les propongo viajar a Perú, pero sin cambios horarios, ni la necesidad de sufrir jet lag. Quispe es la mejor embajada del país andino en la capital, y por supuesto de su rica cultura gastronómica. Abierto desde 2018, es el buque insignia del grupo de restauración homónimo liderado por César Figari y Constanza Rey; Quispe es un restaurante de cocina peruana contemporánea, que busca perfeccionar las recetas clásicas peruanas con el mejor producto disponible en el mercado español y elaboradas de manera casera —de esta unión surgen platos extraordinarios como el seco de asado de tira angus, el arroz con pato (magret) o los anticuchos de secreto ibérico—. Centrado en la cocina criolla, aunque también con espacio para la nikkei y chifa, en su propuesta gastronómica no faltan los ceviches, tiraditos, causas, ensaladas, makis, nigiris, platos calientes y, por supuesto, postres.

Saltamos a la sublime fusión japo de SLVJ Bites Canalejas, el oasis madrileño ideal en el que desconectar este verano y refrescarnos. Su ubicación, dentro del Food Hall de Galerías Canalejas, le otorga una personalidad única. Esto también se percibe en su propuesta centrada en los bites: pequeños bocados que permiten probar y compartir varias cosas, entre ellas, las especialidades más icónicas del sello SLVJ.

El venezolano Fermín Azkue, chef ejecutivo, es el responsable de la propuesta gastro. Engancha su cocina, de esencia japonesa con toques de fusión y una técnica contemporánea, ideada para extraer el máximo sabor a una materia prima de gran calidad. No faltan los SLVJ Japanese Tacos, el Salmon Crispy Rice o los Truffled Mushroom Dumplings, en formato tapa. A ello se suma su refrescante y atrevida propuesta coctelera ideada por Borja Goikoetxeahead bartender del grupo—.  Con presencia en las tres Américas (centro, sur y norte) y España (Madrid y Valencia), SLVJ es uno de los sellos hosteleros más potentes en la actualidad. No lo pierdan de vista.

No nos podía faltar en esta vuelta al mundo México. Para ello hay que ir a Can Chan Chán, del chef mexicano Roberto Ruiz. Can Chan Chán ofrece una cocina mexicana no tradicional que sólo podría existir en Madrid, producto de los más de 10 años de vivencias de Roberto Ruiz en España.

Cada taco de Ruiz es una auténtica locura. Ubicado en El Corte Inglés de Serrano, el cocinero explora nuevos territorios. Bajo el nombre de Can Chan Chán, que en México es la palabra que utilizan para describir a los amigos que se convierten en compinches, presenta una fiesta de sabores, técnicas y productos de México y España. Guacamoles, antojitos, ostras y ceviches y tacos conforman su propuesta. Uno de mis preferidos, el taco de chorizo verde ibérico y queso ahumado San Simón y las tostadas de ceviche de carabinero con salsa de chile costeño y su coral. Como es lógico, no podía faltar una carta de cócteles de diez, tanto clásicos como otros más creativos, micheladas y mocktails.

Para darse un homenaje gocho, rico y de calidad al estilo americano, sin duda acérquense al nuevo local de Frankie Burger en el barrio de Salamanca y prueben la tercera mejor hamburguesa de España —en el Best Burger Spain 2022—, su laureada Super Frankie Cheese. Este bocado se elabora con los mejores cortes de vacuno de raza, bacon ahumado al natural, quesos cheddar y la secreta salsa Frankie.

Junto a la carne, el trío de excepción lo completan un exquisito y tierno pan brioche y las patatas fritas caseras —cortadas a mano y cocinadas cada día—. Tanto ésta como el resto de su portfolio de hamburguesas son excelentes. Inspirado en las primeras hamburgueserías estadounidenses nacidas entre los años 20 y 40, Frankie Burgers parte de la premisa de que en la sencillez y la calidad está el éxito. Si el barrio de Salamanca les pilla a desmano, que sepan que Frankie Burger tiene tres locales más en la capital y uno en Alcalá de Henares.

Imposible no viajar a la bella Italia de la mano del templo de la pasta fresca en Madrid, Beata Pasta. Este verano, los dos locales del empresario Ciro Cristiano se descubren como un espacio no sólo para esos fieles devotos del producto más popular de Italia, sino también como un lugar de peregrinación para lo más cinéfilos. Y es que tanto Beata Pasta de la calle Princesa como de Bilbao están ubicados en lugares de excepción para disfrutar de las salas de cine más míticas de la capital, y además encierran guiños cinéfilos.

Beata Pasta Bilbao lleva el séptimo arte a su carta con el plato La vita è (Straccia) bella, hecho con burrata llegada de Puglia y un homenaje a la mítica La vida es bella, dirigida y protagonizada por Roberto Beningni. Beata Pasta Princesa evoca la película Barbie y tiene el rosa como absoluto protagonista, con un sinfín de rincones instagrameables y las famosas muñecas integradas en la decoración de varios rincones del local. Muy coquette, como dice ahora la chavalada.

La excelencia gastronómica española no se queda atrás, que no se diga. Recalamos en Menudeo, una casa de comidas con sabor andaluz y un ambiente más informal que el de su hermano mayor Colósimo, pero con la misma filosofía: disfrutar de la gastronomía sin complejos. Al igual que en la casa madre, en Menudeo los hermanos Ricardo y Mané Romero llevan a cabo una reinterpretación de recetas típicas gaditanas.

Estos chiclaneros ofrecen escabeches, conservas, salazones y guisos caseros, y por supuesto, su famosa tortilla. Un tapeo tan rico que nos descoloca, con raciones para compartir y probar de aquí y de allí. Vamos, lo que estos chiclaneros llaman menudear. Gocen con sus chicharrones, croquetas de jamón, boquerones, langostinos al ajillo, y no se olviden de su sublime flan de la casa.

La guinda del pastel para este agosto no es otra que Flamenco de Leones, donde el arte resuena con fuerza. Es uno de los cuatro establecimientos que conforman Ramses District —Ramses, Patio de Leones y Lady Bongo—, en la plaza de la Independencia. La Puerta de Alcalá es testigo de este tablao de nueva generación; un santuario donde el flamenco revive en su máximo esplendor. Bajo la dirección artística de Jonatan Miró y con un elenco de grandes artistas, presenta un espectáculo inmersivo. Además de las actuaciones flamencas, Flamenco de Leones cuenta con una propuesta gastronómica que celebra la riqueza de la cocina andaluza. Diseñado por el prestigioso estudio de Jouin Manku y adornado con los óleos de Iván Floro, Flamenco de Leones rinde homenaje a la cultura española en un espacio que captura la esencia de los cafés cantantes del siglo XIX. ¡Olé!