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CORONAVIRUS

Díaz avisó al Gobierno de la pandemia que venía pero días después asumió la orden de silenciarla

La hemeroteca ha regresado del pasado para dejar en evidencia a Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo se ha desmarcado este jueves de la negligente actuación de Pedro Sánchez ante la pandemia asegurando que ella antes de la manifestación feminista del 8-M «avisó lo que iba a pasar y se me tachó de alarmista». Unas declaraciones que han quedado en entredicho al ver lo que decía la ministra comunista tres días antes del 8-M donde asumía punto por punto el argumentario oficial del mismo Gobierno al que ahora acusa de no haberla escuchado: «Seamos cautas. Mando un mensaje de tranquilidad. No está pasando nada», afirmó con su habitual verborrea.

«Hay que actuar como lo estamos haciendo», afirmaba Díaz a las puertas del Congreso de Diputados. Ni una palabra de sus avisos a Moncloa sobre la peligrosidad del virus. Ni una palabra de cómo el Gobierno intentó menospreció su «guía» para empresas sobre cómo abordar el coronavirus.

Aquel 5 de marzo de 2020, a las puertas de la peor pandemia en un siglo en España, Yolanda Díaz recetaba tranquilidad y normalidad mientras el Gobierno ocultaba las alarmas. Son imágenes en la que se la ve nerviosa e incómoda.

Ahora, con una sorprendente falta de escrúpulos, Díaz intenta no quedar salpicada por una nefasta gestión que hizo caso omiso a las alarmas llevándose por delante la vida de más de 120.000 españoles: «El 15 de febrero, como ya la pandemia azotaba fuertemente a Italia, convoqué a mi equipo porque tenía la convicción de que Italia es España y, por tanto, teníamos la necesidad de desplegar un montón de medidas porque veíamos lo que iba a pasar», ha afirmado en una entrevista en La Cafetera de Radiocable.

La entonces ministra y ahora vicepresidenta reconoce, sin ambages, lo delicado del momento en el que el sector socialista del Consejo de Ministros rechazó las propuestas de Díaz. «El 4 de marzo presenté una guía que fue enormemente polémica en el Gobierno y también fuera, se me acusó de ser una alarmista… En fin. Esto fue en la antesala del 8 de marzo».