España
Una Educación "sin los límites del Estado"

El terrorista que asesinó a Bultó con una bomba en el pecho llevará la ‘república’ a las aulas

Ante las 'nuevas circunstancias políticas' y desde la sectorial de su sindicato CSC

Carles Sastre también fue identificado como el asesino del exacalde de Barcelona Joaquín Viola

El independentismo no ceja en aumentar el ya de por sí asfixiante control que ejerce en la Educación pública catalana. Con el objetivo de llevar a colegios e institutos el ideario de la ‘república catalana’, el sindicato CSC que preside Carles Sastre, terrorista de Terra Lliure de su antecedente Exèrcit Popular Català (ÈPOCA) ha lanzado su sindicato de Educación. Sastre lideró el comando que asesinó al industrial José María Bultó y al exalcalde de Barcelona Joaquín Viola en los años 70 haciéndoles explotar sendas bombas que previamente les habían atado al pecho.

El terrorista y su sindicato han puesto en marcha una sectorial para el sector de la Enseñanza, cuyo primer objetivo es implantar el proyecto ‘La república comença a les aules'( ‘La república comienza en las aulas’). Inspirado en el denominado Pacto Nacional por la Educación de 2006 y la Ley de Educación de Cataluña (2009), CSC planifica ya el futuro modelo educativo en centros públicos y concertados «ante las nuevas perspectivas políticas que permitirán construir la nueva república catalana». Por ello, aboga por crear «un sistema educativo propio sin las limitaciones impuestas por la dependencia de España».

Con la Inmersión lingüística y la eliminación ya oficial del castellano en las escuelas de una futura Cataluña independiente, el proyecto pasa por la formación de niños y jóvenes en «los Países catalanes», el derecho a la «liberación nacional» y una atención especial al profesorado en su papel transmisor. El modelo de educación de la sectorial de CSC-Intersindical, es destacan sin embargo, el de una «educación republicana», basada en la formación de una ciudadanía «comprometida y con espíritu crítico».

Un proyecto educativo para conformar a las próximas generaciones de escolares en Cataluña y que coordina Sastre, próximo a la CUP (formó parte de sus listas en Lérida en 2012), quien se ha convertido en uno de los rostros habituales del separatismo en sus acciones de presión callejera. Un terrorista a quien saluda efusivamente Quim Torra, en las manifestaciones que exigen excarcelar a los golpistas, comandaba una célula de seis militantes del ÈPOCA en 1977.

Descuartizó a Bultó con una bomba

El 9 de mayo, los integrantes de esta banda terrorista que reivindicaba los supuestos ‘Países Catalanes’, se presentaron en la casa del hermano de Bultó en Barcelona. El industrial había acudido a comer con él. Haciéndose pasar por empleados del gas, se colaron en la vivienda. Bultó, de 77 años, y accionista de la empresa de motocicletas Bultaco era además presidente la empresa química S.A. Cros. Sastre y sus secuaces abordaron al anciano, y le adosaron con esparadrapo y bajo la axila izquierda, una bomba del tamaño de una tableta de chocolate. Funcionaba con un mecanismo antidepresor, de tal forma que si cualquier intento de aflojar los esparadrapos accionaba el detonador.

Los terroristas amenazaron con hacerle estallar el explosivo si no les entregaba 500 millones de pesetas (3 millones de euros). Para ello le dieron una hoja con instrucciones sobre cómo pagar y desactivar la bomba. Bultó, pese a su avanzada edad, no perdió la cara en ningún momento a sus secuestradores y se negó al chantaje. Pidió a sus familiares que no dijeran nada y se fue a su casa en Pedralbes, para denunciarlo a la policía.

También al exalcalde de Barcelona

Bultó nunca llegó a la comisaría. El artefacto hizo explosión y le reventó por completo. Su cuerpo quedó descuartizado.El periodista Alfredo Semprún  describió la escena en el diario Arriba: “Las paredes desfiguradas por la sangre y los trozos de vísceras que tan violentamente habían sido incrustadas en ella por la explosión del artefacto; el paquete intestinal sobre el suelo a pocos metros de la parte inferior del cuerpo, los brazos mutilados junto a la cabeza trágicamente traumatizada, era todo lo que quedaba del que fuera sostén y corazón de una de las más importantes industrias españolas”.

Aunque fue condenado, cuarenta años después, el hoy líder del sindicato que quiere controlar la Educación en Cataluña sigue sin mostrar arrepentimiento. Pero Bultó no fue la única víctima del germen de Terra Lliure, la banda terrorista a la que hoy se dan vivas en las manifestaciones por los líderes del golpe. Tan sólo ocho meses más tarde, el 25 de enero de 1978, cuatro individuos armados irrumpieron en el piso de Joaquín Viola, exalcalde de Barcelona.

Los terroristas actuaron con el mismo modus operandi: tras encerrarse en una habitación con Viola (64 años) y su esposa, le adosaron una bomba al pecho. Sastre y su banda repitieron la amenaza. El detonador se activó y explosionó en ese momento, decapitando a Viola y destrozando su cuerpo y el de su mujer. Los criminales se dieron a la fuga. Uno de los hijos del matrimonio, presente en el domicilio, identificó más tarde a Carles Sastre como uno de los asaltantes y asesinos de su padre.