Sánchez se queda sin oposición interna en el PSOE: los barones apoyan su estrategia con Cataluña

El PSOE ya no es lo que era. Ni en la época de Felipe González, ni en la de José Luís Rodríguez Zapatero, ni en la de Alfredo Pérez Rubalcaba ni mucho menos en la primera de Pedro Sánchez, ningún secretario general había tenido tan poca oposición interna. Lejos queda aquel 1 de octubre del 2016 cuando una reunión como la de hoy televisada minuto a minuto le obligó a dimitir.

Ahora no hay fisuras en el Partido Socialista y hasta los que no querían «vaselina como regalo de Reyes» aplauden ahora la negociación con ERC dentro «los parámetros constitucionales». Es lo único que le exige el castellano-manchego Emiliano García-Page a Sánchez en su negociación con los separatistas después que a finales del 2019 elevase el tono contra el jefe del Ejecutivo.

Como el presidente de Castilla-La Mancha todos los barones socialistas defienden el Gobierno socialcomunista con Podemos. Avalan ahora la negociación con ERC e incluso con Quim Torra, que en su momento provocó críticas furibundas entre algunos dirigentes territoriales. Una negociación que Sánchez no trasladó al máximo órgano de decisión del partido, como marcan los estatutos y su compromiso con la militancia, ya que no convocaba el comité federal desde septiembre.

Los máximos responsables del PSOE en el territorio defienden la necesidad de que ese diálogo con Cataluña se extrapole al resto de autonomías. Eso sí, ninguno de los que lidera un Gobierno regional ha querido poner fecha a la reunión que Sánchez prometió con todos ellos para justificar su encuentro con Torra.

Los que aspiran a gobernar su comunidad autónoma, como el gallego Gonzalo Caballero, que el 5 de abril se medirá en las urnas con el popular Alberto Núñez Feijoó, reclama el voto para el PSOE «para poner una agenda gallega dentro el marco constitucional» que «permita poner solución a los problemas creados por el PP».