España

Sánchez paga el apoyo del PNV: se compromete a que la selección vasca de fútbol compita oficialmente

Pedro Sánchez pagará como es debido al PNV por su apoyo presupuestario y por su respaldo al resto de medidas legislativas y políticas. Y, además, de con pagos millonarios, lo hará con un gesto de alto simbolismo separatista: el reconocimiento de la selección vasca de fútbol. Así se ha comprometido ya el Gobierno con el PNV y así lo ha plasmado por escrito en un documento que hoy publica OKDIARIO.

El PP ha exigido una respuesta por escrito al Gobierno en este asunto. Y ha reclamado al Ejecutivo de Sánchez que explique sin matices si está dispuesto a reconocer la selección vasca. La respuesta ha sido afirmativa:
“Cabe señalar que el Gobierno, en el marco del Acuerdo suscrito con EAJ-PNV para la investidura, cumplirá con el compromiso de ‘abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural’». Y con ese fin “se explorarán las herramientas que posibiliten el cumplimiento del objetivo, con seguridad jurídica, y en coordinación y colaboración con los agentes implicados”.

La pregunta, traslada por los diputados populares Bea Fanjul y Javier Merino, confirma de este modo, que el PSOE está dispuesto a buscar la fórmula para contentar a los separatistas con la cuadratura del círculo: que tengan selección nacional sin ser nación.

Un akelarre en Bilbao

La pieza es un potente premio para los separatistas. El PNV, de hecho, había preparado ya un vistoso akelarre deportivo-independentista con motivo de la Eurocopa del pasado verano, evento que se ha aplazado al año que viene por el coronavirus. Una de las sedes de esta competición será Bilbao, que albergará partidos de la selección española de fútbol. Y el Gobierno de Urkullu, comandado por los separatistas vascos y los propios socialistas del PSE-PSOE, aprovechará este escaparate internacional para exigir a Pedro Sánchez el reconocimiento de la selección vasca de fútbol.

Pedro Sánchez y el líder del PNV, Andoni Ortuzar, firmaron el reciente acuerdo de investidura del actual presidente nacional con una serie de condiciones. Una de ellas apelaba directamente al avance hacia el reconocimiento de una selección de fútbol del País Vasco. El punto acordado entre socialistas y separatistas reclamaba, en concreto, “abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural”.

La plasmación práctica de este punto no es otra que la de esa selección de fútbol regional convertida -por arte de magia del separatismo- en nacional. Y la cita elegida para reclamar a Sánchez la visualización de su pacto es la próxima Eurocopa. Un campeonato que cuenta con Bilbao como una de sus sedes.

El PSOE y el PNV acordaron igualmente en ese documento el traspaso de las competencias de tráfico a la Comunidad Foral de Navarra. Y, efectivamente, ya se han dado los primeros pasos para lograrlo. Es decir, que el PSOE se está tomando en serio este documento y sus plazos.

Ambos partidos, igualmente, pactaron en ese texto un punto mucho más profundo y peligroso: “Impulsar, a través del diálogo entre partidos e instituciones, las reformas necesarias para adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales”. Y, de seguir esta progresión en el cumplimiento de los pactos, ese punto puede ser la llave de grandes reformas -que rocen incluso la materia constitucional- pensadas para terminar de desequilibrar la balanza a favor de los separatistas, tanto vascos como catalanes.

Sánchez sigue pagando, de este modo, el apoyo de los separatistas vascos del PNV. Y en esos, pagos, por supuesto, también están los económicos. De hecho, el País Vasco disfrutará de un margen extra de déficit del 2,6% y una deuda pública del 15,9% en 2020. Traducido: el Gobierno de Urkullu ha logrado, en pleno Covid, más de 1.700 millones extra por año.

Reclamaciones catalanas

La Generalitat catalana no se ha quedado callada y ya ha reclamado un envío de al menos 3.000 millones de euros anuales en concepto de ayudas directas procedentes del fondo de reconstrucción europeo. En total, las exigencias suman cerca de 5.000 millones de euros al año de los que el resto de autonomías deberán despedirse para que Sánchez pueda pagar sus peajes y sacar adelante sus Presupuestos.

La primera trampa al resto de regiones cuenta ya con el respaldo inamovible del Gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias. Mientras que el resto de comunidades autónomas tienen una limitación de déficit del 0,2%, el País Vasco podrá disparar su derroche hasta alcanzar el 2,6% de números rojos anuales. Ese regalo se sitúa, dependiendo del nivel de PIB del País Vasco, entre los 1.700 y 1.800 millones de euros netos anuales. En resumen: 13 veces el margen del resto de territorios españoles.

La excusa para semejante regalo ha sido la de que no participan en el tramo del fondo Covid-19 destinado a compensar la caída de ingresos. Pero lo cierto es que no participan porque tienen hacienda propia y, por lo tanto, tampoco contribuyen al sistema de solidaridad general, y, además, a lo sumo habrían conseguido 300 millones de euros y sólo en el primer año, teniendo en cuenta el volumen de su economía.