Rivera: «Ser europeo no es sólo tener euros, aunque Iglesias y Garzón nos los quieran quitar»

La política exterior fue el bloque más corto de todos los que articularon el Debate a Cuatro. Pareciera como si los partidos no quisieran discrepar en este aspecto, y sólo les interesara marcar sus diferencias en un matiz. El PP en defender al «Ejército y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado»; el PSOE en «la creación de un FBI europeo con colaboración de servicios de inteligencia» contra el yihadismo; Podemos, en «acabar con los paraísos fiscales, que son la fuente de financiación de los terroristas», y Ciudadanos en «tratar de tener fuerza en Europa».
El bloque era confuso y de trazo gordo, porque aunaba la crisis de los refugiados, el Brexit –todos abogaron por la permanencia de Reino Unido en la UE– y el terrorismo internacional. En nuestro país, ni sus líderes ni muchas veces sus votantes parecen interesarse por los asuntos que colocan a España en el mundo.
Fue Pedro Sánchez el que abrió el turno, recordando a «un economista célebre del 15M, José Luis Sampedro». Lo hizo no para unirse a Pablo Iglesias, finalmente, tras un debate agrio en el que los dos candidatos de izquierdas se reprocharon mutuamente su falta de sintonía, sino para criticar la política de la UE en la crisis de refugiados y reivindicar que «Europa es como un mal jefe que no devuelve las llamadas, y hay que cambiar esta Europa».
Tuvo un segundo turno de palabra el socialista cuando se le planteó qué se debe hacer para luchar contra el terrorismo yihadista… y lo desaprovechó, porque regresó al asunto de las personas que huyen de las guerras de Oriente Próximo.
El presidente del Gobierno en funciones aprovechó este desliz de Pedro Sánchez para presumir de gestión. En el lento acogimiento de refugiados, alegó que «lo que para el candidato socialista es fácil, en realidad es muy difícil», dijo. Y añadió: «Aunque cree criticarme a mí, lo que está haciendo es criticar a la Unión Europea en su conjunto, incluidos sus colegas socialistas». Rajoy, además tiró de experiencia de Gobierno –algo en lo que ninguno de sus contendientes podía competir– para recordar que «en Europa hemos aprobado una especie de ‘plan Marshall’ para los países africanos, para evitar que sean Estados fallidos, que es la principal causa de que muchas personas tengan que huir y acaben muriendo en el Mediterráneo».
Iglesias estuvo muy duro en este apartado, centrando todo su repaso a la política exterior en el aspecto social de ésta: «Si España se ha comprometido a traer 18.000 refugiados, deberían estar ya aquí», dijo, justo antes de acusar al Gobierno de estar «incumpliendo la ley» al aplicar «las devoluciones en caliente» y limitarse a dos únicas propuestas: «Acabar con los CIES», los Centros de Internamiento de Extranjeros, «y permitir que los refugiados soliciten asilo en sus países de origen», dijo, apelando a la lágrima, «para evitar imágenes como las del niño muerto en la playa».
Fue entonces cuando Albert Rivera pidió su vez para volver a sacudir duro al candidato de Podemos: «Ser europeo no es sólo llevar euros en el bolsillo, ésos que nos quieren quitar Pablo Iglesias y su socio Alberto Garzón», para hilar de inmediato con un nuevo golpe al candidato del PP. «Ser europeo es también liderar políticas en la Unión», dijo. «Lo hacían González y Aznar, pero desde Zapatero y con Rajoy, no pintamos nada».
El líder popular, como casi siempre en el debate impertérrito y sin entrar en los ataques, no dudó en presumir de la visita que hará en le mes de julio Barack Obama a España, dejando caer que la política exterior del socialista Zapatero dejó a nuestro país muy tocado al decir que «quince años después regresa un presidente de EEUU a España, porque la relación trasatlántica es muy importante».
Terrorismo yihadista
Si a lo anunciado en el debate tenemos que fiar la política de defensa de España ante el terrorismo yihadista, los españoles deben saber que vamos a estar desprotegidos. No puede ser que ninguno de los políticos reunidos en el Palacio de Congresos Municipal de Madrid tenga un plan contra el autodenominado Estado Islámico, así que habrá que atribuir el poco interés que mostraron en explicarlo a que hubo poco tiempo y a que la política exterior no gana votos.
La única incursión en la mayor amenaza que afronta nuestra civilización, el terrorismo yihadista del autodenominado Estado Islámicos y sus lobos solitarios en Europa, se despachó con una pregunta común para los cuatro candidatos: ¿cómo lo solucionaría usted? Y, el líder del PSOE perdió su oportunidad, porque se centró en pedir colaboración internacional –»nosotros ya propusimos la creación de un FBI a la europea»– y volvió al asunto de los refugiados.
Iglesias aplaudió la colaboración que proponía Sánchez entre la comunidad internacional, pero para «acabar con los paraísos fiscales, que son la fuente de financiación de los terroristas». Según el candidato de Unidos Podemos, «hay que quitarle el agua al pez», porque ese mal infinito que para Iglesias son los bancos también tiene responsabilidad en las masacres de los islamistas: «Actúan con impunidad en esos paraísos».
Ese compromiso a medias del líder radical contra el terrorismo fue criticado por Albert Rivera, quien le recordó al podemita que «me gustaría que su formación se uniera al pacto antiyihadista», porque la colaboración, dijo el candidato del partido naranja «no es sólo entre países, sino también entre nosotros».
Por su parte, el presidente en funciones recordó que «como ministro de Interior» que fue, ha tenido que ver «muchas cosas muy desagradables» en España y que, por eso, se limitaba a «reconocer un apoyo total al Ejército y a las fuerzas de seguridad españolas».