España
Independentismo en Cataluña

Renfe detectó «extraños sabotajes» en Cataluña mientras ERC presionaba a Sánchez por las competencias

Trabajadores pusieron quejas internas señalando que los sabotajes coincidían con la agenda política del separatismo

En algunos casos se detectó la mano de personas que conocían perfectamente lo que hacían para provocar caos en el servicio

El traspaso de competencias de Renfe a la empresa pública de Cercanías (Rodalíes) en Cataluña, gestionada por la Generalitat, ha provocado un profundo malestar entre la plantilla de trabajadores de la empresa ferroviaria. Irán, incluso, a la huelga en toda España como forma de protesta. A ello se suman las sospechas generalizadas entre la plantilla ante diversos sabotajes, rodeados de extrañas circunstancias, que se produjeron justo antes de las elecciones y cuando ERC apretaba en su negociación al Gobierno de Pedro Sánchez para hacerse con las competencias a cambio de apoyar su investidura.

Renfe tiene constancia de denuncias internas, por parte de empleados, en las que se pone de manifiesto que algunas de las averías que provocaron situaciones de caos en el servicio de ferrocarril en Cataluña en los últimos meses se produjeron por sabotajes bien planificados. Ejecutados por personas que sabían lo que hacían en momentos clave para la agenda política separatista, que lleva años reclamando esta cesión de competencias.

En las comunicaciones internas se señalan, por ejemplo, unos hechos ocurridos el pasado mes de mayo. Un incendio en la estación de Gavá afectó a gran parte de la línea R2 Sud. Las llamas inhabilitaron el sistema de señalización de las vías, provocando retrasos de más de 3 horas. Los efectos se alargaron durante semanas.

Al día siguiente del suceso, en plena campaña electoral del 28M, el presidente catalán Pere Aragonés aseguró ante los medios que hacía falta una «inminente» cesión de competencias ante la «falta de inversión». «Es por el bien de los usuarios», recalcó.

Saboteadores profesionales

Unos meses más tarde, Adif emitió un informe de conclusiones preocupantes. Según fuentes de la plantilla consultadas por OKDIARIO, las causas del incendio apuntan a un «enclavamiento», donde se resguardan los cables del sistema de señalización, que había sido «totalmente vandalizados». Alguien, con conocimiento de lo que hacía, quitó las tomas de tierra, claves para el funcionamiento del sistema.

Este sabotaje, además, se produjo sólo cuatro días antes de que técnicos de la compañía hubiesen revisado de forma rutinaria la instalación, comprobando que todo estaba en orden.

«La Generalitat no ha parado de boicotearnos la infraestructura y de vandalizar los trenes para justificar un pésimo servicio de Rodalies y, así, poder reclamar sus competencias con una base sólida. Curiosamente, en épocas de campaña los problemas se agravan, hay más vandalismo», señalan fuentes internas de Renfe.

Tal y como explican, este tipo de sabotajes sobre Renfe en Cataluña han sido comunes en los últimos años, aunque se han disparado durante el presente año. Sabotajes y vandalismo «bien informado» que actuaba en momentos muy estratégicos para el calendario político.

Traspaso de Rodalíes

El traspaso de Rodalies, la red de Cercanías de Cataluña, ha sido una de las grandes reivindicaciones de los separatistas, que ahora han logrado para que Sánchez salga investido. En el acuerdo firmado el 2 de noviembre se habla explícitamente de un «traspaso integral». La Generalitat de Cataluña llevaba reclamando esta medida por, a su juicio, la «desinversión» que se había producido en los últimos años en la región. ERC exigió, además, una «financiación fija cada año» por parte del Ejecutivo de Sánchez.

La red de Cercanías de Cataluña da cobertura a entre 300.000 y 400.000 usuarios diarios. El objetivo de ERC con esta nueva cesión del Gobierno de Sánchez es conseguir la competencia plena del servicio de Rodalies y decidir cuánto y dónde se invierte se invierte, así como la gestión de las distintas vías y las operaciones de este servicio. La Generalitat catalana que preside Pere Aragonés ha conseguido con este acuerdo dejar fuera de la gestión de este servicio al Ministerio de Transportes, a Adif y a Renfe.

Este «traspaso integral» implica también que el Estado transfiera en su totalidad la inversión necesaria para mantener el servicio. A esta cuestión se habían opuesto todos los gobiernos centrales hasta que Sánchez ha cerrado este acuerdo con ERC a cambio de los votos favorables a su investidura. Son, en suma, más de 2.000 millones de euros extra que tendrá que aportar el Estado a las arcas catalanas.