España
Ayuntamiento de Madrid

Las redadas antidroga se duplican en Lavapiés pero Más Madrid pide dar clases de tolerancia a la Policía

Los agentes señalan que esto no es cuestión de "blancos contra negros"

La droga es la principal cruzada de la Policía en Lavapiés. El barrio madrileño lleva años enfrentándose a un aumento de la criminalidad derivada del consumo y venta de estupefacientes, lo que ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a redoblar los efectivos desplegados en la zona. Concretamente, las operaciones antidroga de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en el distrito al que pertenece Lavapiés se han disparado un 95%. Mientras tanto, Más Madrid, desvía el foco del aumento del tráfico de narcóticos y pide «formaciones» contra el racismo para los agentes.

El pasado fin de semana, dos agentes acudían al barrio madrileño de Lavapiés tras una llamada de los vecinos por una reyerta relacionada con el tráfico de drogas entre varias personas. La detención de los dos individuos implicados se hizo viral, acusando a los agentes de brutalidad policial, pese a que el Ministerio del Interior aseguraba que ambos detenidos actuaron de manera hostil y violenta.

Este es uno de los múltiples incidentes que subyacen del aumento del tráfico y consumo de drogas en Lavapiés. El Consistorio madrileño ha reforzado la seguridad en este barrio, que dispone de más de 65 cámaras -17 de ellas implantadas en 2022-, con el objetivo de perseguir estos delitos. Así, desde que se redoblase la vigilancia hace ya más de dos años, las operaciones de la Policía en materia de tráfico y consumo de drogas se han disparado un 95%, pasando de las 160 intervenciones en 2022 a las 309 en febrero de este año, según los datos proporcionados por el Ayuntamiento.

Este último incidente ha vuelto a desatar las críticas a la Policía. La noche del sábado, la Delegación del Gobierno aseguraba en redes sociales que había abierto una investigación y subrayaba la importancia de la «proporcionalidad» al tiempo que el concejal del distrito Centro donde se sitúa Lavapiés-, Carlos Segura, enmarcaba la operación en una actuación contra el tráfico de drogas.

Por su parte, Más Madrid, mueve el foco del problema de drogas que vive el barrio y pide una investigación que concluya con «sanciones y protocolos». Para ello, la formación de izquierdas pide formar a los efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que son las que «tienen que velar por la seguridad» y deberían tener «formación específica contra el racismo y la xenofobia».

La Policía critica a Marlaska

Varios sindicatos representativos de la Policía Nacional han arremetido este lunes contra el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska tras el anuncio de que han abierto una investigación de oficio a través de su Oficina Nacional de Garantía de los Derechos Humanos (ONGADH) en torno a la actuación policial en el barrio madrileño de Lavapiés. Sumar y otros socios del Gobierno pidieron explicaciones al considerar que se incurrió en racismo por el exceso de fuerza de los agentes.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha denunciado que Interior, «lejos de impedir la cacería hacia servidores públicos que cumplían con su deber», lo que ha hecho es «dejarlos a los pies de los caballos ante un organismo de dudosa imparcialidad», en referencia a la Ongadh, dependiente de la Inspección de Personal de la Dirección General de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad.

«Esto no es una cuestión de blancos contra negros o de racismo, sino de acciones que constituyen delitos y de delincuentes; esa es nuestra única guía de actuación», han apuntado desde el SUP, que recuerdan que las personas reducidas por los policías fueron detenidas por delitos contra la salud pública y por robo con violencia.

En este sentido, los sindicatos han vuelto a reclamar al Ministerio del Interior que todos los agentes dispongan de cámaras personales para grabar este tipo de actuaciones y, de esta forma, «evitar cualquier duda». Además, ha subrayado que lo que no pueden permitir es que haya «zonas de impunidad delictiva a golpe de mentiras y calumnias».