España

Puigdemont celebra con los suyos en un restaurante de Berlín su salida de prisión

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Carles Puigdemont ha posado junto a los miembros de JxCat y colaboradores que se han desplazado este viernes a Alemania para arropar al ex president de la Generalitat tras abandonar la cárcel de Neumünster. La reunión ha tenido lugar la tarde de este viernes, comenzaba a las 20.00 horas y se prolongó hasta prácticamente las 23.00.

Sobre la mesa, la estrategia política y jurídica a seguir a partir de ahora. Este sábado en rueda de prensa, Puigdemont resolverá todas las dudas. O no. Puigdemont es imprevisible, sorpresivo e igual.

Así es Carles Puigdemont que, justo tras salir de la cárcel de Neumünster (Alemania), se ha montado en el Renault en el que fue detenido 12 días atrás para dirigirse junto a Josep Maria Matamala hacia Berlín.

Carles Puigdemont

Su equipo, que minutos después de su marcha aún continuaba en los exteriores de la prisión, le había preparado una gran rueda de prensa a las seis de la tarde, con los principales medios de comunicación del mundo pendientes y sus compañeros de partido a escasos 150 metros de la prisión, pero haciendo uso de su libertad de movimiento por Alemania, Puigdemont ha decidido desplazarse a la capital por “cuestiones legales”, argumentaba, y ofrecer este sábado aquí esa rueda de prensa. Ni a los suyos ha avisado.

Y es que más allá de su equipo más cercano, que se encontraba fuera de la prisión en el momento de su salida, hasta Alemania también se han desplazado una quincena de diputados de Junts per Catalunya y altos cargos del PDeCAT, para recibirle y reunirse con él. A su aterrizaje poco después de las 14.30 horas en Hamburgo, han sabido que Puigdemont ya estaba camino de Berlín, donde ha llegado sobre las 17.30 horas. Como los periodistas, sus compañeros también han tenido que modificar su ruta, cancelar sus hoteles y emprender 400 kilómetros hasta el centro de las decisiones alemanas, Berlín.