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Sanfermines 2019

El presidente del TSJN sobre ‘La Manada’: «Los políticos pueden criticar sentencias pero no insultarnos»

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) defiende la actuación independiente e imparcial de los tribunales en casos polémicos como el de 'La Manada' y recuerda que la Justicia "no son matemáticas".

Joaquín Galve habla por primera vez desde que se hiciese pública, este viernes, la sentencia del Tribunal Supremo que pone fin a la causa de ‘La Manada’. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha afirmado en declaraciones a agencias -tres años después de la violación grupal a una joven madrileña en los Sanfermines de 2016- que las críticas a las decisiones judiciales son «sanas» pero pide «respeto institucional» a su trabajo.

«Una cosa es criticar. Los ciudadanos pueden hacerlo y nosotros no debemos decir nada. Otra cosa son los mensajes políticos. Exigimos que desde las instituciones no se hable en un tono y unos términos que son verdaderamente insultantes», afirma Galve.

El magistrado fue uno de los miembros del tribunal de segunda instancia de Navarra que sostuvo en la Sala que lo sucedido en Pamplona se trataba de una agresión sexual -violación- y no de un abuso. Pero niega que la decisión final del Supremo que corrige las sentencias previas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial y del propio TSJN, que confirmaron una pena de nueve años de prisión, les haya dejado en mal lugar.

«Los procesos judiciales no son matemáticas», sostiene Galve. «El Supremo puede venir siempre a enmendar o no la plana. En este caso, efectivamente, ha revocado la sentencia y desde ese punto de vista sí que supone, no un varapalo tampoco, una rectificación», añade.

«Exigimos a los políticos que desde las instituciones se hable con respeto de nuestro trabajo. Hay mensajes que son verdaderamente insultantes», dice Galve. 

Para acto seguido explicar que en casos tan complejos como el de ‘La Manada’ son muchos los factores que entran en juego para dictaminar qué castigo merecen los hechos juzgados: «En Navarra sé la Fiscalía barajó en un primer momento acusar por violación. Pero tanto el Tribunal Supremo como el TSJN y la Audiencia Provincial estamos vinculados por las peticiones de las acusaciones, y ninguna de ellas, ni las populares, ni las particulares ni el fiscal pidió condenar por varios delitos de agresión sexual».

Tal es así que Galve analiza la disparidad de criterios del total de 17 magistrados que han tenido conocimiento de la causa de ‘La Manada’ como miembros de los diferentes tribunales que han dado solución a la misma: los cinco del Supremo, los cinco del TSJN, tres de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, tres que confirmaron el ingreso en prisión de los sevillanos, y el juez instructor.

» Una agresión sexual es un tema muy complejo en el que existen diferentes connotaciones y a muchos de mis compañeros les ha pensar que no se trataba de una intimidación sino de un prevalimiento -que es esa situación de ventaja, superioridad, confianza, prestigio o potestad con respecto a la víctima para poder cometer con éxito el acto delictivo-. El matiz, en sí mismo es bastante sutil».

Presiones a los jueces 

«Está claro que los jueces no hemos estado influidos por las presiones porque ninguno de los tres de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra dijo en su sentencia lo que la calle pedía, pero desde el punto de vista personal sé que lo han pasado mal», reconoce Galve. «En la calle han tenido que llevar escolta durante un tiempo y tuvieron que dejar de frecuentar ciertos sitios para evitar problemas. Ha habido insultos y amenazas», se lamenta.

La víctima

El magistrado conoció a la víctima de ‘La Manada’ «únicamente por la declaración que hizo, que fue de varias horas, con lo cual se puede apreciar cómo se maneja una persona» recuerda. Y abunda: «A mí me pareció que tenía una personalidad bastante marcada, que era una persona con los pies en el suelo, sobre todo para la juventud que tiene».

Además Galve considera que la exposición mediática y política del caso tuvo una especial incidencia en su revictimización: «Yo creo que sí. La imagen de ella no es pública. Ella ha estado en Pamplona posteriormente y nadie la reconoce por la calle, pero sé que ha sufrido las consecuencias psicológicas, sobre todo tanta repercusión mediática, que quieras o no al final te repercute».