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Investidura Pedro Sánchez

Sánchez aboca a una ronda de consultas ‘exprés’ del Rey al llevar al límite su negociación de investidura

Antes del 23 de septiembre, cuando las Cortes quedarán disueltas y se convocarán elecciones anticipadas, Felipe VI recibirá a los representantes de los grupos parlamentarios para conocer su posición sobre la investidura.

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La táctica electoralista de Pedro Sánchez tiene un impacto inmediato en la ronda de consultas del Rey que, según su interés en que los partidos negocien antes de convocarlos de nuevo a Zarzuela y lo limitado del calendario, se vería acortada.

Antes del 23 de septiembre, cuando las Cortes quedarán disueltas y se convocarán elecciones anticipadas, Felipe VI recibirá a los representantes de los grupos parlamentarios para conocer su posición sobre la investidura.

El fin de ese procedimiento es que el monarca designe formalmente a un candidato que intente formar Gobierno. Hoy por hoy, el aspirante ‘natural’ -por ser el vencedor de las elecciones y el único con posibilidades aritméticas de ser investido- sería Sánchez.

Pero el socialista no cuenta aún con los apoyos necesarios para reeditarse en La Moncloa, y tampoco ha hecho nada por conseguirlos. En un nuevo paso en su estrategia, la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá, comunicó que la próxima semana tampoco habrá reuniones con los partidos que serían susceptibles de respaldarlo: PNV, PRC, independentistas y, lógicamente, Podemos.

Esto implica que las negociaciones se comprimirán, como máximo, en apenas 15 días. La más compleja será, sin duda, con el partido de Pablo Iglesias .

La parálisis política ha otorgado un involuntario protagonismo al Rey, encargado según la Constitución de dirigir el proceso político para la formación del Gobierno.

Felipe VI ya expresó, justo después de la investidura fallida (en julio) su voluntad de dar un margen a los partidos para que negociasen los apoyos. La decisión se comunicó a través de una nota de Zarzuela, en la que se destacaba expresamente la decisión de «no iniciar, por el momento, nuevas consultas con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, de manera que las formaciones políticas puedan llevar a cabo las actuaciones que consideren convenientes a los efectos previstos en el artículo 99 de la Constitución». Un aviso a navegantes.

Sin embargo, Sánchez -que en más de una ocasión se ha erigido como el único candidato posible- no ha atendido con diligencia a esa obligación. Aunque la previsión era que esta misma semana iniciase los contactos con los partidos, no lo hará, al menos, hasta la primera semana de septiembre, lo que llevará el proceso casi al límite de las fechas de la investidura.

En este contexto, la ronda de consultas del Rey se vería comprometida por el calendario. En junio, Felipe VI ya comprimió en dos días las reuniones con los 15 representantes parlamentarios. En esta ocasión, podría repetirse el formato. Y con la premura además de la cuenta atrás para la disolución de las Cortes. La investidura fallida de julio se convocó con un margen de 20 días. Un plazo que, en esta ocasión, parece del todo inviable.

El bloqueo político no afecta, en cambio, a la agenda del monarca que, según confirman desde la Casa del Rey, seguirá su curso hasta que, en el momento adecuado, se «ajustará» la mencionada ronda de consultas. Para convocarla, Felipe VI se mantiene en contacto permanente con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la encargada de comunicarle el estado de las negociaciones. Y también informado al detalle de los movimientos de las fuerzas políticas para decidir en qué momento llevar a cabo la ronda y designar a un candidato.

En estas semanas, el Rey ha instado a los partidos, de manera inusualmente explícita, a encontrar una solución que evite unas elecciones. A principios de este mes, desde Marivent (Palma), expresó que «es mejor encontrar una solución antes de ir a unas elecciones» aunque admitió que «la previsión constitucional permite esa posibilidad».

Puentes rotos con Podemos

Sánchez iniciará las negociaciones con los partidos más proclives a apoyarle, como PNV y el PRC de Miguel Ángel Revilla. Para el final dejará a Pablo Iglesias, con quien las relaciones están muy deterioradas.

Por parte del PSOE no habrá movimientos después del rechazo a la última propuesta de Podemos, que insistía en exigir una vicepresidencia y tres ministerios. Los socialistas calificaron la iniciativa de «inviable» y reiteraron la «desconfianza» hacia los podemitas.

Este viernes, la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá, reiteró: «El Gobierno o el PSOE, que es el que lleva las negociaciones, considera que no hay posibilidades de un Gobierno de coalición». Según el Ejecutivo existen «fórmulas alternativas de acuerdo», que deben girar «en torno a un acuerdo programático» que el PSOE construirá en base a los encuentros de Sánchez con los representantes de asociaciones y de la sociedad civil.

La portavoz aseveró que «los tiempos los marca quien tienen más responsabilidad y quien obtuvo un mejor resultado, que es el presidente. Y el presidente quiere consolidar un “corpus programático”. Ese es el tiempo que marca el presidente y es el presidente el que marca los tiempos».

A día de hoy, la dirección morada sólo contempla un ‘Gobierno de coalición’, pese a que haya voces que en el partido reclaman incluso un acuerdo «de mínimos» y un trabajo potente de oposición «sin ataduras».

El partido remitió una carta a los inscritos en la que advierte de que no aceptará la propuesta de Sánchez de «o como yo digo, o elecciones» porque es «irresponsable y está llamada al fracaso».

Instalados también en la batalla del relato, desde el Ejecutivo consideran que «todas las fuerzas políticas han de tener responsabilidad en el desbloqueo» y que «el tiempo corre para todos».