El nº 2 de Fernández Díaz al ex ministro: «¡Hombre, no me diga que no sabía quiénes son los ‘cecilios’!»
El ex ministro Jorge Fernández Díaz ha asegurado que no sabía quienes son los 'cecilios', en referencia a un mensaje que Martínez asegura que le envió durante el desarrollo del operativo
El ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el que fuera su secretario de Estado entre 2013 y 2016, Francisco Martínez, han protagonizado un careo en la Audiencia Nacional para enfrentar las versiones que manifestaron durante sus declaraciones como investigados sobre su conocimiento de la operación Kitchen, el operativo policial montado para sustraer información sensible para el PP que obraba en poder del ex tesorero popular Luis Bárcenas. El ex ministro ha asegurado que no sabía quienes son los cecilios , en referencia a un mensaje que Martínez asegura que le envió durante el desarrollo del operativo. El ex secretario de Estado de Seguridad le ha respondido en un tono irónico: «¡Hombre, no me diga que no sabía quiénes son los cecilios!» A los miembros del CNI se les conoce en la jerga policial como los cecilios, y un ministro del Interior conoce perfectamente ese «apodo».
Martínez ha asegurado que reportaba toda la información sobre la operación Kitchen a Fernández Díaz y sostiene que para corroborar dicho extremo aportó los mensajes intercambiados durante el desarrollo del operativo con el ex ministro del Interior a la causa judicial.
El ex secretario aseguró en los mensajes aportado al Juzgado que el ex ministro llegó a preguntarle en uno de esos sms por el confidente policial que actuaba como chófer de la familia Bárcenas, Sergio Ríos, también imputado. «Chófer B. Sergio Javier Rios Esgueva (ahora hace esa función con su mujer)», decía un mensaje que supuestamente le envió Fernández Díaz el 13 de julio de 2013. «Entiendo que hablamos mañana en cuanto tengas el contacto Cecilio», le preguntó en otro Martínez. La contestación fue: «Yo lo tendré al acabar el Consejo, así hemos kedado (sic). Total coordinación y medios. Hay que conseguir esa info…».
Por su parte, Fernández Díaz ha negado que conociera la operación policial y ha asegurado que los mensajes aportados a la causa por su número 2, Francisco Martínez, están manipulados. Ha explicado que el número de teléfono que aparece como remitente sí es el suyo pero que él nunca envió esos sms y ha asegurado que entrega un informe pericial para demostrar la supuesta falsedad de los mensajes aportados por Martínez.
Implicación del CNI
Además, Martínez confesó que el comisario José Manuel Villarejo tenía instrucciones expresas del Director Adjunto de la Policía (DAO), Eugenio Pino, de compartir todas las informaciones sobre los operativos policiales como la operación Kitchen con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), del que en aquel momento era jefe el general Felix Sanz Roldán.
El ex secretario de Estado de Seguridad señaló que aunque trabajaba «formalmente» para la Policía, Villarejo también compartía toda la información con el CNI y con la Fiscalía. Sin embargo, la relación con el Centro Nacional de Inteligencia se rompió cuando el comisario jubilado se enfrentó al entonces jefe de inteligencia, Sanz Roldán.
Espionaje a Bárcenas
OKDIARIO desveló en 2018 que el Ministerio del Interior utilizó fondos reservados que obraban en poder de Francisco Martínez, encargado de distribuirlos desde la Secretaría de Estado de Seguridad, para llevar a cabo la operación de espionaje a la familia Bárcenas entre 2013 y 2015.
Para ello, pactaron con el delincuente Enrique Olivares el pago de una cantidad procedente de los fondos reservados a cambio de ejecutar el asalto a la vivienda de Luis Bárcenas. El objetivo era recuperar tres pendrives con información sensible del PP. Los responsables del plan adelantaron al mercenario 10.000 euros de los fondos y le prometieron otros 40.000 euros si la misión culminaba con éxito, algo que finalmente no ocurrió.
También sobornaron al chófer del ex tesorero popular, Sergio Ríos, quien realizó una labor de confidente y por la que recibió 2.000 euros netos mensuales durante dos años. En total, el topo cobró 48.000 euros por su papel como infiltrado y fue premiado con el ingreso en la academia de la Policía Nacional y la consiguiente entrega de una plaza en la escala básica