EL ASESINO VENERADO POR YOLANDA DÍAZ Y PEDRO SÁNCHEZ

Largo Caballero, el sanguinario socialista que soñaba convertir España en un ‘soviet’

Defensor de la dictadura del proletariado, tuvo total responsabilidad en el asesinato de más de 22.000 personas

Yolanda Díaz venera al multiasesino Largo Caballero en un acto del Gobierno: «Es nuestro modelo a seguir»

Largo caballero
Francisco Largo Caballero.

Da un poco de vergüenza tener que recordarle a la ministra Yolanda Díaz el pasado criminal de su idolatrado Francisco Largo Caballero. El conocido como ‘Lenin español’ era en realidad el hombre de confianza de otro genocida comunista, Joseph Stalin, con el que mantuvo hilo directo durante toda la Segunda República.

El fanatismo sectario del jefe del Gobierno de la República durante la Guerra Civil era tal que hasta el propio Stalin tuvo que pedirle por carta «moderación» a Largo Caballero sugiriéndole la vía parlamentaria al socialismo y no la revolucionaria, de la que era partidario el líder socialista.

Ni la retórica meliflua del PSOE puede disimular la sed de sangre del sanguinario estalinista. «Habrá soviet en España en cuanto caiga Azaña», afirmó en una entrevista al diario La Prensa de Nueva York en febrero de 1936. Responsable de la bolchevización del PSOE y de la UGT, Largo dejó afirmaciones en las que demostraba que su única aspiración era aniquilar a la derecha sacrificando la República si hiciera falta: “El socialismo exige ahora una dictadura proletaria: antes de cinco años España será soviética”.

Mucho antes de 1936, los socialistas ya sentían la «voluptuosidad de la sangre» como escribió Josep Pla. “Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución, tendremos que conquistarlo de otra manera”, afirmaba Largo Caballero ya en 1933.

El mito del líder socialista —construido a base de un ‘Himalaya de mentiras’ parafraseando a otro socialista más decente, Julián Besteiro— oculta que fue el instigador de la revolución de octubre de 1934 en venganza por la victoria de la derechista CEDA. Aquella asonada macabra, que rompió con la legalidad republicana, dejó un reguero de muerte de 1.325 víctimas. El socialista, líder de la insurrección, fue absuelto por «falta de pruebas» tras un juicio esperpéntico.

Largo Caballero es uno de los grandes culpables de la Guerra Civil y responsable directo del ‘Terror Rojo’ en el Madrid republicano. Stanley Payne ha atribuido al asesino ugetista «responsabilidad directa en la entrega de armas a los militantes de los partidos y sindicatos de izquierda, y en la conversión ilegal de esos militantes en cuerpos de policía que propició los numerosos crímenes en la zona republicana».

El PSOE se implicó a fondo en la persecución y asesinato de sus adversarios. Al socialista Indalecio Prieto hay que atribuirle la creación del siniestro Servicio de Investigación Militar en agosto de 1937, órgano bajo el cual funcionaban las ‘checas’, centros de tortura, secuestro y muerte en el que se cometían todo tipo de atrocidades bajo la supervisión del entonces presidente del Consejo de Ministros, que no era otro que Largo Caballero.

Según ha documentado Julius Ruiz, uno de los mayores expertos en el Terror Rojo, el Gobierno de Largo Caballero tuvo total responsabilidad y conocimiento de las sacas de Paracuellos. La matanza tuvo como responsable al comunista Santiago Carrillo, pero las órdenes venían del Comité de Defensa y del Gobierno de Largo Caballero.

Tampoco es creíble la versión que indulta al Frente Popular culpando a los soviéticos de la crueldad esgrimida en Paracuellos, una invención posterior a la guerra. La masacre, en la que se calcula que fueron asesinadas 6.000 personas incluyendo a centenares de mujeres y 276 niños, fue organizada por directores de las prisiones que trasladaban a reclusos bajo su custodia gracias a falsas órdenes de salida firmadas por el director general de Seguridad, el comunista Segundo Serrano Poncela. Una masacre made in Frente Popular.

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