España

Interior blinda Zarzuela, Moncloa y las Cortes contra drones que amenacen su seguridad

Los drones que vuelan ilegalmente ya causan numerosos problemas en los aeropuertos, incluso obligando a cerrarlos durante horas para determinar el grado de amenaza. Sólo entre los días 7 y 16 de junio pasados se detectaron en el área urbana de Madrid nada menos que 117 de estos aparatos que carecían de permiso para sobrevolar la ciudad.

Un nuevo trabajo para el Ministerio del Interior, que ha puesto en marcha un sistema de vigilancia que, en una primera fase, controlará el vuelo de drones sobre los palacios de la Zarzuela y de Moncloa, el Congreso y el Senado, el edificios con mayor riesgos de seguridad.

Con una inversión de 290.000 euros, el sistema implantado permite la detección remota, identificación, seguimiento, monitorización y, en su caso, neutralización de aeronaves no tripuladas cuando supongan una amenaza.

Un proyecto incluido en una programa con medidas que se pondrán en marcha paulatinamente y al que hoy viernes dará su visto bueno el Consejo de Ministros.

El subdirector general de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad, dependiente de Interior, Enrique Belda, ha explicado que a finales de julio ya se empezó a instalar este sistema tecnológico, y que está operativo en los edificios que albergan las principales instituciones del Estado.

Desde cada una de sus sedes, donde se instalan los equipos, se pueden detectar los drones que presumiblemente vuelen sin autorización.

Pero el sistema, al que se ha denominado Global, seguirá implantándose y en una segunda fase tendrá como objetivo la protección de las cárceles, después de que la Guardia Civil ya detectara el pasado mes de mayo a drones entregando droga en la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre.

Belda señala que a través de las redes sociales se «liberaron» tutoriales que enseñan a manipular drones para grabar o tomar fotografías sin permiso, incluso algunas que vulneran el derecho a la intimidad.

Interior se ha visto obligado a tomar medidas que protejan el espacio público de la intromisión ilegal de estas aeronaves, de tal manera que se pueda neutralizar cuando supone una amenaza e, incluso, actuar contra el operador que dirige el dron por control remoto.

Y es que el sistema que ya ha empezado a funcionar puede comprobar, según subraya Belda, si el dron detectado tiene o no autorización para volar sobre la zona en la que lo esté haciendo.

Porque el objetivo, añade, es reducir al máximo posible los riegos de vuelos no tripulados sobre zonas críticas.

Belda hace hincapié en cómo los avances tecnológicos han dotado a los drones de unas «prestaciones brutales» a precios asequibles y recuerda que hay vuelos imprudentes pero no intencionados que, sin querer causar daño, pueden resultar peligrosos, como los que se aproximan a los aeropuertos.