INMIGRACIÓN ILEGAL

Los guardias civiles de Melilla: «Cuando saltan vienen a por nosotros a rajarnos con sus garfios”

30 agentes han resultado heridos en las últimas horas en los dos asaltos masivos al paso fronterizo melillense

Los inmigrantes ilegales ya no huyen de las fuerzas del orden: van armados para enfrentarse a ellas nada más pisar territorio español

Más de 2.000 inmigrantes protagonizan el mayor asalto en años a la valla de Melilla para entrar en España

El asalto a Melilla deja 16 agentes heridos por lanzamiento de piedras y agresiones con garfios y palos

guardias civiles Melilla
Un agente herido y uno de los asaltantes
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Desde el miércoles por la mañana se han producido dos intentos de entrada masiva a territorio español a través de la frontera en Melilla en los que miles de inmigrantes ilegales han asaltado el vallado que separa la ciudad autónoma de Marruecos y en los que las fuentes consultadas por OKDIARIO estiman que han podido entrar un millar de personas a nuestro país. En los asaltos han resultado heridos un total de 30 agentes del Guardia Civil y algunos de ellos han compartido con este periódico lo que han vivido en la valla durante las últimas horas: garfios artesanales, piedras, barras de metal o rodamientos de acero. Estas son las armas con las que los inmigrantes ilegales han atacado a los agentes, quienes perciben que algo ha cambiado en este tipo de saltos. Ahora, después de entrar en territorio español, algunos de estos inmigrantes ya no huyen, sino que se enfrentan abiertamente a los guardias fronterizos españoles.

Melilla
Los inmigrantes ilegales saltaron la valla con mochilas llenas de piedras y palos.

«Se percibe cuándo va a haber un salto. El martes por la noche, antes de que se produjera el salto masivo del miércoles por la mañana, se veía mucho movimiento al otro lado de la valla. Es como una especie de juego, de baile. Empiezan a correr de un lado a otro para ver qué hace la policía fronteriza marroquí y cuando ven el hueco corren a la valla y se lanzan contra ella». Un agente de la Guardia Civil que debe permanecer en el anonimato explica a este periódico los preliminares de los asaltos que lleva sufriendo la valla de Melilla estos días. Asegura que su percepción, a diferencia de lo que sucedió en la valla de Ceuta el año pasado, es que las fuerzas marroquíes no han colaborado en este salto, pero inmediatamente afirma que «siempre pueden hacer más de lo que hacen».

Melilla
Un agente sostiene los garfios artesanales usados por los inmigrantes ilegales.

El miércoles y el jueves han sido cerca de 2.000 personas las que cada uno de los días han tratado de saltar la valla. La estimación es que cerca de un millar lo ha conseguido. Pero no ha sido ni por habilidad, ni por velocidad, ni siquiera por número. Las personas que han entrado ilegalmente a España a través de la valla de Melilla lo han hecho pertrechados con herramientas letales con las que han atacado a los agentes de la Guardia Civil que trataban de contenerlos.

 Saltar y atacar

Las personas que saltan las altísimas vallas fronterizas lo hacen llevando en cada mano un garfio de fabricación artesanal con los que se enganchan a la alambrada para escalarla poco a poco. En los pies, en la parte delantera de su calzado, también llevan piezas de tornillería de gran tamaño que les sirve como apoyo para trepar más rápido. Cuando consiguen llegar al otro lado de la valla lo que hacen es utilizar esas mismas herramientas para atacar a los guardias a patadas y golpe de garfio. OKDIARIO ha tenido acceso a las imágenes de los escudos policiales y las defensas de las extremidades literalmente partidas en dos e impregnadas de sangre tras haber sido los agentes brutalmente agredidos. El relato de uno de esos agentes demuestra lo cerca que pueden estar de ser heridos de manera fatal: “Nosotros en la dotación que llevamos para este tipo de actuaciones incluimos un chaleco anti-trauma, algo así como un chaleco antibalas pero diseñado para repeler golpes e incluso alguna cuchillada. Ese chaleco lleva incluido un cuello protector. Pues una de estas personas, con uno de esos garfios, se lo ha arrancado de un solo mandoble. Si llega a repetir el golpe lo degüella. Está claro que ahora, cuando saltan, saben que tienen que venir a por nosotros con sus garfios”.

Melilla
Así quedaron los escudos de los agentes atacados durante el salto de la valla.

Pero no son esas las únicas técnicas de agresión que usan recientemente contra los agentes. Ahora en la valla, tras lo que sólo puede calificarse como batallas campales, los guardias encuentran mochilas llenas de piedras, rodamientos de metal, palos y barras de metal. El objetivo es causar el mayor número de heridos posibles entre los agentes, en estos dos últimos saltos al menos ha habido una treintena de heridos, para conseguir pasar el mayor número de personas a territorio español. Lo que llega después de los enfrentamientos en la valla es la imagen de decenas de inmigrantes ilegales corriendo por las calles de Melilla celebrando haber conseguido entrar al país, aunque para eso se hayan llevado por delante a algún guardia civil.

La estimación y la tendencia es que estos saltos masivos no sólo no disminuyan, sino que aumenten, ya que al otro lado de la valla se ha instalado la idea de que la estrategia funciona. Por eso, desde aquí, quienes sufren en primera línea estas agresiones piden al Ministerio del Interior que se tome en serio la amenaza que este tipo de trances supone para la integridad de los agentes y se exige que regrese a Melilla la Unidad de Intervención Policial que la ciudad autónoma tenía asignada en su momento. Por ahora 100 agentes viajan ya a la zona a reforzar la vigilancia en la valla. Todo el mundo sabe en Melilla que habrá más saltos.

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