PALESTINA

El Gobierno de Sánchez financia los libros escolares palestinos que incitan a cortarle el cuello a los judíos

Libros de matemáticas con problemas de cálculo como "¿Cuántos mártires suman las dos Intifadas?"

España financia, a través del programa PEGASE, los sueldos de los profesores de estas escuelas

Marcus Scheff: "Parte de los autores de la masacre del 7-O estudiaron en escuelas de la UNRWA"

libros escolares palestinos
Pelayo Barro

En Israel se ha asumido que no habrá paz en Oriente Medio hasta que no cambie el contenido de los libros de texto de los escolares palestinos que acuden a escuelas bajo la gestión de la Autoridad Palestina y de la UNRWA (la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos). Por ellas pasan el 70% de los palestinos. Unos libros que Israel lleva décadas denunciando por su contenido, con glorias al yihadismo y llamamientos a atacar a los israelíes. Incluso hasta cortarles el cuello, tal y como denuncia IMPACT-se, una organización que analiza libros de texto por todo el mundo en busca de contenidos antisemitas. España, a través del programa PEGASE y otros similares, ha financiado decenas de millones de euros parte del gasto educativo de la Autoridad Palestina. Los desembolsos a la UNRWA son aún mayores.

Antisemitismo, discursos de odio, loas a figuras terroristas e incluso llamadas abiertas a la violencia. Eso es parte de lo que se han encontrado un grupo de expertos de la organización IMPACT-Se (Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia Cultural en la Educación Escolar) al analizar los libros de texto de escolares que son formados en escuelas auspiciadas por la Autoridad Palestina o por la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA). Escuelas, y personal docente, que cuentan con una financiación millonaria por parte de España.

El CEO de esa institución, Marcus Scheff, ha visitado recientemente España y OKDIARIO ha podido conversar con él sobre la financiación que reciben los editores de estos libros de texto escolares en Palestina desde España y desde la Unión Europea. «Buena parte de los autores de la masacre del 7 de octubre estudiaron en escuelas de la UNRWA, con esos libros, como ellos mismos han confesado», señala Scheff.

Los libros actuales con los que trabajan las escuelas de la UNRWA están llenos de menciones antisemitas y llamadas a la violencia. Por ejemplo, el manual escolar de la asignatura de lengua árabe de octavo grado, correspondiente a alumnos de 13 y 14 años, incita a mejorar la comprensión lectora de los niños con textos en los que incluyen frases como «las espadas de los fedayines caerán sobre sus cuellos» o incitan a llevar «chalecos explosivos».

Palestina
Un libro de lengua palestino de 8º grado -14 años- hablando de degollar a israelíes.

En el mismo texto se cita que los cuerpos de los soldados israelíes «y partes de sus cuerpos serán abandonados para que sean comida de los animales salvajes y pájaros». El texto se acompaña de una ilustración de un palestino disparando a un militar israelí en un carro de combate.

En libros para niños aún menores, de quinto curso -entre 9 y 10 años-, también se incluyen menciones a figuras terroristas como Dalal Mughrabi, una palestina que lideró un comando terrorista suicida en 1978 que voló por los aires un autobús repleto de rehenes. Mughrabi detonó una granada y mató a 38 personas. Trece de ellas niños. «Heroísmo», «inmortal en mentes y corazones» o «lo que desearíamos ser todos» son frases que se leen en ese texto.

El adoctrinamiento llega hasta materias como matemáticas. Los escolares de cuarto grado utilizan desde 2020 un libro que plantea un problema: calcular el número de «mártires» que se acumulan en las dos Intifadas palestinas. La solución, más de 150 suicidas.

Los libros de historia, de ciencias generales o los que abordan la geografía están llenos de más ejemplos. Desde textos explicando por qué se debe rechazar una paz con Israel, explicaciones de la Ley de Newton utilizando una honda como las que se usan contra las fuerzas israelíes o ejercicios de analizar poemas acompañados de una fotografía de un bebé «asesinado a sangre fría».

Cerca de 130 millones

Israel ha realizado en los últimos años una radiografía a los fondos que destinan países europeos de forma directa o a través de la Unión Europea para financiar el sistema educativo palestino, vía Autoridad Palestina y UNRWA. Un goteo de millones en el que el Gobierno de Pedro Sánchez ha participado de forma significativa.

Por ejemplo, se ha aportado una suma cercana a los 26 millones al programa PEGASE, del que una parte importante ha servido para pagar sueldos de los funcionarios del Ministerio de Educación de la Autoridad Palestina. Entre ellos, de los profesores y editores de esos libros de texto.

Una escuela palestina de la UNRWA con polémico material didáctico.

El Gobierno de Sánchez también aprobó la entrega de 100 millones de euros entre 2020 y 2024 para financiar la construcción de colegios y otras infraestructuras. En 2010, con José Luis Rodríguez Zapatero, se firmó la financiación de un proyecto para el desarrollo de la educación básica y secundaria en Palestina -los grados en los que se estudia con esos libros de texto-.

La Unión Europea, por su parte, ha aportado 55 millones de euros para contribuir a los salarios de los profesores dependientes de la Autoridad Palestina. Su presidente, Mahmud Abbas, recientemente recibido por Sánchez en Moncloa, «se toma el contenido de esos libros de texto como un asunto nacional», señala Marcus Sheff. «Revisa personalmente esos contenidos en reuniones con el ministro de Educación».

La UE protesta, España no

El pasado 11 de abril, el Parlamento Europeo adoptó una resolución exigiendo que los sueldos de los docentes que usan esos libros de texto -algunos de ellos con el sello de la ONU- será condicional al compromiso total con los valores de la UNESCO. Además, Bruselas reconoció el impacto de la educación palestina de las últimas décadas en los atentados del 7 de octubre de 2023. Este mismo mes, la UE ha condicionado el pago de 400 millones de euros a la reforma de esos libros de texto, que llevan inalterados desde 2016.

«La UE les pide que cambien el currículum escolar, pero les contestan que es imposible, que los profesores se negarían a dar esas materias», explica Sheff. Sin embargo, señala que el cambio hacia la desradicalización en los libros de texto y en el sistema educativo ha dado pasos exitosos en países como Marruecos, Siria, Egipto o Emiratos Árabes Unidos. «En Alemania o Japón parecía imposible después de la Segunda Guerra Mundial y se consiguió», recuerda.

Pese a las quejas de Bruselas, desde el Gobierno de España no se ha manifestado nada en relación al contenido de estos libros.

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