El Gobierno espera al PSOE para aplicar el 155: «Lo que hagamos será con su aprobación y la de C’s»

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Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa. (Foto: EFE)

El Gobierno de Mariano Rajoy asegura que está en la fase de explicar a los catalanes el daño causado por sus gobernantes y el futuro que les esperaría si el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, proclama una declaración unilateral de independencia (DUI). Pero desde otras fuerzas políticas consideran que son medidas y mensajes insuficientes, por parte del Gobierno, ante la intentona golpista. «¿A qué está esperando Mariano Rajoy para aplicar el artículo 155 de la Constitución?», se preguntan en Ciudadanos y desde algunas organizaciones.

El misterio queda resuelto y, según ha podido saber OKDIARIO, el presidente del Gobierno está esperando a que el PSOE se defina sobre la cuestión catalana para aplicar todas las medidas necesarias con su consenso y el de C’s. «Lo que hagamos será con su aprobación y la de C’s», apuntan fuentes de Moncloa. Las mismas desvelan que el diálogo con Albert Rivera «fue muy bien» y, gracias a ello, el Ejecutivo tiene el apoyo de la formación naranja para la aplicación del 155 o de otras medidas que sean necesarias para frenar la independencia.

Sin embargo, con el PSOE no resultó tan exitoso y también aseguran que «era de esperar». El Ejecutivo pretende que los socialistas respalden la aplicación del artículo 155. Una propuesta que pone los pelos de punta en muchas federaciones socialistas entre ellas, la catalana y la vasca. Rajoy quiere escenificar la unidad de las tres fuerzas constitucionales para restaurar la legalidad en Cataluña y, para ello, necesita que Sánchez esté dispuesto a romper con parte de su electorado.

Sánchez y Rajoy dilatan sus estrategias

Una parte de la militancia no vería bien que su partido apoyase esta medida, que supondría ir otra vez de la mano de Rajoy. En Ferraz intentan realizar la técnica contraria. «Apoyamos que se restaure la legalidad y defendemos el Estado de Derecho, que no al Gobierno», señalan dirigentes del PSOE para desligarse de lo que supone apoyar la unidad de España de la mano del Ejecutivo de Rajoy.

Sánchez busca dilatar lo máximo posible la decisión para ver cómo articulan la estrategia y que su figura como secretario general no salga magullada. De lo contrario, los críticos del partido y la formación de Pablo Iglesias podrían echarle en cara que el hombre del «no es no» a Rajoy, que renunció al escaño por sus principios, le estaría salvando de lo que podría ser una derrota en las urnas. Sin embargo, con la unidad de España no se juega y en Ferraz tratan de no darle ventaja a Podemos al mismo tiempo que acompañar a Ciudadanos y al Gobierno frente a los separatistas.

La próxima semana será decisiva para el secretario general del PSOE. El lunes se verá con su Ejecutiva y es ahí donde establezcan una línea clara con los principales puntos que defenderá el partido para frenar el desafío secesionista. «Tenemos una línea propia y no escucharemos cantos de sirena, ni por una parte ni por la otra», explican desde la dirección socialista. Sánchez y su núcleo más cercano también definirán las líneas rojas por las que su partido no está dispuesto a cruzar frente al resto de partidos.

Sánchez y el PSOE vuelven a jugarse su futuro

Sánchez y el PSOE vuelven a jugarse su futuro y para demostrar que se ha incluido la opinión de todos los socialistas, Sánchez convocará a sus barones -el martes o el miércoles previsiblemente- para celebrar un Consejo de Política Federal. Será ahí donde serán escuchadas las opiniones de todas las federaciones. Tal y como publicó OKDIARIO, vuelve a haber división entre los socialistas por las distintas decisiones tomadas hasta el momento sobre Cataluña.

La reprobación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, sentó como un tiro a una amplia mayoría de voces críticas que prefieren descubrir su anonimato, precisamente, en el cónclave donde puedan discutir esta decisión. Tal y como aseguraron diputados socialistas en el Congreso, esta medida no se habló en la reunión que cada semana mantiene el Grupo Parlamentario Socialista.

La aplicación del 155 también sería motivo de disputa con el ‘no’ por parte de Cataluña, País Vasco y Baleares, entre otras, y el ‘sí’ de Aragón y Extremadura. Este medio adelantó que cada vez son más las voces que apoyan la aplicación de este artículo frente a los actos violentos que se están viendo en Cataluña estas semanas.

Y aunque no se trate de una medida, también el discurso del Rey Felipe VI trajo divisiones en el seno socialista. Los hay que lo tacharon de «decepcionante» como el diputado vasco Odón Elorza y otros como el extremeño Guillermo Fernández-Vara que lo calificaron «muy contundente». Será en este cónclave donde los socialistas puedan poner los puntos sobre las íes, aunque algunos critican que la respuesta final ya vendrá dada de la Ejecutiva que Sánchez celebrará con los suyos el lunes.

La ‘operación diálogo’ tiene que salir bien

Sin embargo y para que no quede duda alguna sobre una posible ‘imposición’ de Ferraz frente a los barones, el líder del PSOE convocará un Comité Federal, previsiblemente el próximo sábado. Sánchez juega ‘al ratón y al gato’ con Rajoy y dilatará su respuesta todo el tiempo que pueda. El Gobierno por su parte hace lo mismo con los separatistas y aunque por parte del Govern ya tienen mediadores -Marta Pascal y Santi Vila- ninguna de las partes se mueve de sus posiciones.

Desde el Gobierno siguen llamando a la calma mientras agilizan el procedimiento para cambiar el domicilio social de las empresas, una medida adoptada a petición de las propias compañías y ante la «incertidumbre» creada por la «política irresponsable» de la Generalitat de Cataluña. Los bancos se echan encima del Ejecutivo advirtiéndole de que con el dinero no se juega y Rajoy sigue «aplicando medidas proporcionadas», insisten desde su entorno. Rajoy no quiere tomar ninguna decisión sin arrastrar a PSOE y a C’s, las principales fuerzas.

‘Achicharrar’ al Gobierno a base de comparecencias en el Congreso o la corrupción, lejana ahora, han sido parte de la estrategia de los socialistas y de Podemos para desbancarlos del poder. El presidente no puede permitirse un fracaso en Cataluña y mira de reojo los contactos que hablan de una moción de censura. Con los Presupuestos aplazados fija su horizonte en que el Parlament restablezca el diálogo y así la legalidad, mientras el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, arregla el ‘sí’ alas cuentas con el PNV. Rajoy no quiere elecciones.

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