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Una exposición de Fundación Telefónica reflexiona sobre el impacto de nuestras acciones digitales  

Hasta el 3 de mayo de 2026, podemos disfrutar en el Espacio Fundación Telefónica (Fuencarral, 3, en Madrid) de Hoy es un buen día para hablar de derechos digitales, una exposición que nos confronta con nuestros hábitos digitales de una forma cercana y reveladora. Vamos a poder tomar consciencia de las consecuencias que pueden tener nuestras acciones digitales sencillas, como compartir nuestras fotos de vacaciones, dar like casi sin pensar o aceptar términos y condiciones sin haberlos leído antes.

La exposición ha sido comisariada por Fundación Telefónica y el colectivo artístico Domestic Data Streamers, y forma parte del Observatorio de Derechos Digitales, una iniciativa de Red.es adscrita al Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública.

La finalidad de esta exposición de Fundación Telefónica es clara:  hacernos ver cómo nuestras decisiones y comportamientos transforman el espacio digital; y poner sobre la mesa el interesante debate sobre cuál es la forma más segura y responsable de construir un ecosistema digital, para nosotros mismos y también para los demás.

Sobrecarga de información, una realidad en esta era

La exposición hace un recorrido por siete ámbitos de los derechos digitales y lo hace a través de 20 piezas contemporáneas de artistas nacionales e internacionales, gracias a las cuales nos vamos a sumergir en el conocimiento de los 21 derechos digitales recogidos en la Carta de Derechos Digitales.

El periplo comienza con la instalación «Present Shock III» de United Visual Artists, acompañada por el sonido de Robert del Naja (miembro fundador de Massive Attack), que nos arroja a la vorágine informativa actual, simbolizando esa sobrecarga de información que caracteriza nuestra era.

La libertad de expresión y la información veraz se exploran a través de obras como «Online Hate Speech» de Domestic Data Streamers, donde tres martillos golpean una pared cada vez que se utilizan palabras de odio en X, haciendo visible y audible la violencia digital. «Madrid Unfiltered – TikTok and the Emerging Face of Culture» nos sumerge en la diversidad de voces de TikTok, mientras que «Blacklists» de Disnovation.org evidencia las censuras invisibles que existen en la red.

El derecho a la privacidad cobra protagonismo con piezas como «Thousand Little Brothers» de Hasan Elahi, que narra la historia real de este artista que decidió documentar cada detalle de su vida en internet tras ser investigado erróneamente por el FBI. «The Follower» de Dries Depoorter cruza grabaciones de cámaras públicas con publicaciones de influencers en Instagram, cuestionando nuestra percepción de la privacidad. Y «Forgot your password?» de Aram Bartholl presenta ocho volúmenes impresos con 4,7 millones de contraseñas filtradas, mostrando la facilidad con la que nuestros datos pueden quedar expuestos.

La identidad digital se analiza con obras como «The NeuroRights Arcade», de Roel Hereman, que permite experimentar cómo la tecnología puede leer nuestra actividad cerebral, o «DatAstral», de Noemí Iglesias Barrios, un consultorio astrológico que nos asigna una de las 12 personalidades digitales según nuestro comportamiento online.

IA, herencia y trabajo en la era digital

La exposición también se adentra en el derecho a la explicación y la decisión humana en la era de la inteligencia artificial. «Decoding Bias» de Theresa Reiwer presenta ocho modelos de IA en una terapia grupal para liberarse de algoritmos discriminatorios, mientras que «Data Violence», Domestic Data Streamers, convierte los prejuicios algorítmicos en una experiencia tangible.

El derecho al olvido y la herencia digital nos enfrentan a dilemas sobre qué ocurre con nuestros datos cuando ya no estamos. «Digital Afterlife» de Marta Galindo García nos invita a reflexionar sobre el destino de nuestros datos personales tras el fallecimiento, y «Synthetic Memories», de Domestic Data Streamers, utiliza inteligencia artificial generativa para recuperar recuerdos visuales perdidos.

El trabajo digno en el entorno digital se revela a través de «The Bots» de Eva & Franco Mattes, que explora el trabajo oculto de los moderadores de contenido en redes sociales, o «The Flemish Scrollers» de Dries Depoorter, que documenta a parlamentarios de Bélgica desviando su atención hacia el smartphone durante las sesiones.

Por último, el acceso a internet como derecho fundamental se presenta con el «Mapa de la desigualdad», de Domestic Data Streamers, que visualiza la brecha digital global, y «Solar Protocol», de Tega Brain, Alex Nathanson y Benedetta Piantella, una red de servidores alimentados por energía solar que propone una navegación más sostenible.

Activación de la reflexión y el pensamiento crítico

Está planteada como una exposición participativa que invita a los visitantes a tomar partido a través de dilemas reales y a plasmar su opinión mediante códigos QR. Todas estas aportaciones se recogen en un manifiesto colectivo que se genera en tiempo real, a modo de poema sobre el futuro digital deseable. Ya que, recordemos, los derechos digitales no son sólo un asunto de las plataformas o los legisladores, sino también de todos nosotros como individuos.