España
LAS SAUNAS DE LA FAMILIA DE BEGOÑA GÓMEZ

El ex novio de ‘La Veneno’ que trabajó en la sauna del suegro de Sánchez: «Era conocida por la prostitución de chicos»

La Audiencia Nacional confirmó en un auto que las actividades que dentro de ejercían eran lícitas

Andrea explica que estruvo trabajando "durante una temporada" en la Sauna Adán, el local más conocido que estaba a cargo de Sabiniano Gómez

Andrea Petruzzeli, un italiano quien mantuvo una relación sentimental con Cristina Ortiz La Veneno, ha ofrecido un testimonio en directo en el programa Tardear de Telecinco sobre su experiencia laboral como trabajador sexual en uno de las saunas del suegro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «Todo el mundo conocía la sauna como sauna de prostitución», declaró sin ambages, añadiendo que «era era muy conocida por la prostitución de los chicos».

Durante la entrevista, Andrea confirmó haber trabajado en la sauna Adán, ubicada en la calle San Bernardo del centro de Madrid, entre los años 1996 y 2000. Andrea describió con detalle el funcionamiento del establecimiento durante su época de trabajo. Según su testimonio, el local constaba de diferentes espacios: «Si entraba, estaba un pasillo, estaba la taquilla que la mayoría de la taquilla no tenían candado, se iba abajo de la sauna y arriba estaba la habitación o las habitaciones que estaba una colchoneta».

El entrevistado explicó que las relaciones sexuales se mantenían en las habitaciones superiores del ático —alquilado a precio de ganga a Muface—, donde «se cierra la puerta con el cliente hacer el servicio». Sin embargo, aclaró que durante su época «se tenían relaciones ahí mismo la sauna». «Era abierta a todo el mundo, y dentro había de chicos de compañía», agrega Andrea Petruzzeli.

Seguridad y vigilancia

Consultado sobre la existencia de dispositivos de grabación, Andrea negó rotundamente la presencia de cámaras o micrófonos en las zonas privadas. «Ninguna cámara. Estaba la cámara de vigilancia a la entrada en cualquier sitio público», aseguró. Eso sí, reveló un detalle significativo sobre el funcionamiento de la seguridad: cuando algunos clientes acudían a reclamar por robos, «siempre le iban a decir que las cámaras de vigilancia estaban rotas».