España
Independentismo en Cataluña

Los españolistas retiran 24 horas después la bandera terrorista que sustituyó a la española

Cada vez son más los catalanes no separatistas que deciden actuar por su cuenta ante la pasividad de las distintas administraciones a la hora de limpiar de propaganda golpista. Esta vez ha sido en Los Pallaresos, en Tarragona, donde en menos de 24 horas un GDR (Grupos de Defensa y Resistencia, la respuesta constitucionalista a los GDR golpistas) reponía la bandera de España en el ayuntamiento, y quitaba la de la banda terrorista ‘Estata Catalá’ que los independentistas habían colocado en su lugar.

La acción la protagonizaba ‘Cruzada de los 300’, uno de estos grupos clandestinos contrarios al golpe de Estado independentista y que organizan batidas nocturnas para limpiar de lazos amarillos, pancartas y demás ‘suciedad secesionista’ según anuncian en sus redes sociales.

Así, en Twitter y Facebook aseguran haber «limpiado junto a otros valientes (Resistencia Alta Tabarnia y Lagartos de Reus) de suciedad secesionista Els Pallaresos, La Secuita y Vilabella quitando entre otras la bandera negra puests en Els Pallaresos sustituyendo a la de todos.Visca Espanya i Catalunya», firman su proclama.

Algunos han sido reconocidos, y se han visto obligados a hacer frente a amenazas en sus domicilios, vehículos o con sus familias ante la creciente intimidación social que coarta la libertad de aquellos catalanes que no están de acuerdo con la deriva secesionista. No en vano, su lema es ‘¡¡No todos los catalanes son independentistas!!’.   

La bandera del grupo terrorista ‘Estat Catalá’ en el ayuntamiento de Pallaresos

Los autodenominados Grupos de Defensa y Resistencia, que aseguran ser «un grupo democrático y pacífico», y que tienen por norma actuar en silencio y no entrar en las provocaciones independentistas, aseguran estar cada vez más coordinados. El pasado 4 de abril emitían un comunicado para salir al paso de las posibles «descalificaciones, desinformaciones o manipulaciones, con objeto de criminalizar nuestras intenciones y convicciones».