La escolta de Irene Montero: “Me ordenaba llevarles la cena y la comida a ella, a Pablo y a los perros”
Una escolta de Podemos demanda a Irene Montero por obligarle a hacer de recadera, mecánica y chófer de la familia
«Gestionaba el mantenimiento de sus propiedades y de sus coches particulares»
Durante los dos años en los que la escolta de Podemos trabajó para Irene Montero, ésta le ordenó toda suerte de tareas personales que nada tenían que ver con su categoría profesional ni las funciones para las que fue contratada , como llevarle la cena a casa -a ella y a Pablo Iglesias- desde varios establecimientos concretos de la capital madrileña o «comprar comida para los perros» de la pareja.
También que adquiriese “productos de parafarmacia y droguería para bebés” o “alimentación” de determinadas marcas y supermercados o que adelantase el comienzo de su jornada laboral para “calentar el habitáculo del coche” que la portavoz parlamentaria de Podemos utilizaba, a diario, en sus desplazamientos.
La que inicialmente fuera escolta de Pablo Iglesias denuncia que, tras pasar a desarrollar su actividad diaria para Montero, la líder de la formación morada la obligó “de manera recurrente” -y fuera de su horario- a hacer de recadera para ella y sus hijos, llevar y traer a amigos y familiares hasta el ‘chaletazo’ de Galapagar o encargarse del mantenimiento de la vivienda y la mecánica de los vehículos particulares de la pareja.
Excesos intempestivos
Los encargos de Montero, lejos de respetar “los derechos básicos y condiciones” mínimas que “deben regir una relación laboral”, se producían “no sólo” por encima “de la jornada legal, horario y turno asignados” a la misma en su contrato sino a horas intempestivas, afirma la escolta en el escrito presentado ante el Juzgado número 3 de lo Social de Madrid.
“Las órdenes, directrices y trato dispensado por ésta a la trabajadora” comenzaron a “exceder con mucho de las normales” recibidas hasta la fecha y no por razones meramente profesionales, sino también “por cuestiones personales».
Las peticiones de la portavoz de Podemos en el Congreso provocaron que la empleada no pudiese cumplir los descansos obligatorios, por ley, entre jornada y jornada” y se viese incluso obligada a dormir “cuatro horas” escasas en días previos a “hacer viajes de larga distancia conduciendo”, dice la ex escolta en el escrito de ampliación de su demanda.
En vista del “constante exceso de jornada realizado, que nunca fue abonado” y “la multitud de horas realizadas en horario nocturno” que tampoco cobró, la trabajadora se negó a “llevar a cabo las órdenes” proporcionadas por Montero y le pidió, sin éxito, que regularizase su situación según el Convenio Colectivo.
“Las gestiones y quejas realizadas por la trabajadora, en orden a solventar esa situación” y las exigencias de “respeto de sus derechos laborales básicos y de su dignidad” no sólo no fueron atendidas por Irene Montero sino que provocaron el malestar de la líder de la formación morada. Momento a partir del cual Podemos decidió reasignarla a “Doña Gloria Elizo” bajo “motivaciones sin concreción alguna, ambiguas, indeterminadas y en absoluto objetivas”.
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