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Zaplana desde prisión: «Por encima de mi estado de salud está la defensa de mi honor, nunca cobré una comisión”

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  • Eduardo Zaplana defiende su inocencia desde su penoso internamiento en la cárcel valenciana de Picassent. En una carta dirigida a OKDIARIO, asegura ser inocente y pide el mismo trato que otros imputados, restando importancia a su ya de por sí deteriorada salud. «Por encima de mi estado de salud está la defensa de mi honor y mi nombre», asegura en el escrito.

    Rosa Barceló, esposa de Zaplana, ha sido la encargada de transmitir los poco más de dos folios de los que consta la misiva que escribió el ex ministro desde la cárcel. Zaplana detalla la penosa situación que vive desde que el pasado 24 de mayo ingresara, por orden del Juzgado de Instrucción número 8 en la cárcel de Picassent. La juez le imputa delitos de blanqueo de capitales, malversación y prevaricación. Señala la situación de indefensión, agravada por la leucemia que ha provocado que su salud se deteriore en prisión.

    La carta de Zaplana comienza con una defensa a ultranza de su inocencia. «Soy inocente por el convencimiento absoluto de no ser responsable de los hechos de los que se me acusa en el Auto judicial que produce mi detención», asegura en las primeras líneas el que fuera líder del PP valenciano.

    «Sí puedo afirmar que jamás cobré comisión alguna por unas adjudicaciones públicas y jamás distraje una peseta o un euro de las administraciones públicas a las que serví y de cuya labor me siento muy orgulloso», continúa.

    Pese a los momentos duros que vive en prisión, y tras ser hospitalizado esta misma semana a causa de un agravamiento de su enfermedad, Zaplana asegura que «mi estado de salud no es la principal causa de preocupación para mí (sin duda lo es para mi familia, mis seres queridos y mis médicos) pero para mí por encima de ello está la defensa de mi honor y mi nombre, y el recuerdo que de mi nombre quede a mis hijas y nietos».

    Tras siete meses en prisión preventiva, Zaplana asegura que los motivos que le mantienen en prisión, y por los que se le ha denegado la excarcelación de manera repetida, son el riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. Para el ex presidente valenciano, esa posibilidad no existe. Primero, porque su enfermedad y el férreo tratamiento que debe seguir le impiden desplazarse fuera de España. Y segundo, porque «puede entrar en la mente de alguien que me pueda fugar. En la mía y en la de los que me conocen es imposible».

    Zaplana no entiende «qué prueba puedo destruir después de siete meses de privación de libertad, ni quién se puede plantear seriamente que en mis condiciones me vaya a fugar de mi país». Precisamente, el argumento del riesgo de fuga es el menos comprensibles para el ex presidente valenciano. «Para justificar mi fuga se ha llegado a decir en un auto judicial que me trasplante en Houston, señal del nivel de detalle con el que se han leído los informes médicos quienes tuvieron que decidir sobre mi libertad».

    Añade que «incluso el tan citado informe de los médicos forenses, que emitieron dos en un plazo corto de tiempo, mantienen los mismos argumentos, si bien en el segundo cambia la conclusión del primero, al afirmar que mi estancia en prisión en principio no añade gravedad a mi estado, cosa que se afirmaba en el primero de unas semanas antes afirmaba lo contrario, firmados por los mismos profesionales», concluye. Este dislate lleva a Zaplana a concluir una cosa que debería ser obvia para el juez: «Ni estos ni en los demás informes de la causa existe discrepancia alguna acerca de la gravedad y riesgos asociados a mi enfermedad y estancia en prisión».

    Además del tratamiento médico, para Zaplana ya se ha convertido en una cuestión casi vital limpiar su honor ante las acusaciones que se vierten sobre él. «Al margen de dependencias médicas y arraigos evidentes que todo el mundo entendería, no permitiría yo bajo ningún concepto que mi concepción del honor personal y el legado que dejo fuera de tal indignidad», añade.

    En el escrito, el ex ministro de Trabajo del Gobierno de José María Aznar aspira a ser tratado como en casos de personas imputadas e incluso condenadas en sentencia firme y que gozaron de la libertad para poder defenderse. «No he tenido la suerte de otras personas, también de notoriedad pública o mayor, que acusados de delitos similares o de mayor gravedad de los que me acusan a mí por las cuantías, se pueden defender sin limitación de derechos y libertades desde sus casas. Ni aspiro a tener la de aquellos que incluso con condenas firmes no ingresan en prisión», se queja el ex dirigente popular.

    Finaliza su carta asegurando que «cuando se levante el secreto del sumario, situación sin duda dura para quien ha sido seguido, escuchado y vigilado tanto tiempo, (ya me ha ocurrido en otros casos sin estar imputado ni siquiera) espero poder defenderme y explicar todo aquello que la instrucción necesite que aclare.De momento quiero trasladar mi agradecimiento a cuantos han tenido la sensibilidad y argumentos para pedir mi libertad y desearles a todos feliz Navidad». [Lea la carta completa]