Sentencia del 1-O

Edmundo Bal, del «era rebelión» al «nunca me negué a la sedición»

El ex abogado del Estado, Edmundo Bal, fue destituido en noviembre de 2018 por sus diferencias sobre la calificación del delito del 1-O. Defendía que era rebelión

Edmundo Bal Vox
Edmundo Bal, ex abogado del Estado.

En noviembre de 2018, Edmundo Bal, el abogado del Estado que ejercía la acusación en la investigación del ‘procés’, fue destituido. La decisión llegaba tras los amplios desacuerdos con la abogada general del Estado, Consuelo Castro, sobre la calificación jurídica de los hechos del 1-O. Bal era firme partidario de acusar por un delito de rebelión, criterio contrario a la Abogacía del Estado. Meses después, Ciudadanos le anunció como fichaje ‘estrella’ para las elecciones del 28-A. Concurrió en el número 4 de la lista de Madrid.

En junio, Bal firmaba una opinión en ABC bajo el rotundo titular ‘Era rebelión’. Su defensa de la tipificación no dejaba lugar a dudas. Ahora, seis meses después, tras conocer la sentencia del Supremo y en vísperas de unas nuevas elecciones generales -que auguran un desplome de su partido- el ex abogado del Estado contradice aquella versión. En una entrevista, este miércoles, en El País, afirma: «Nunca me negué a una calificación de sedición». 

Lo que dice a El País (16-10-2019)…

«No se puede seguir defendiendo que fue un golpe de Estado desde el punto de vista técnico, jurídico, pero sí coloquialmente».

«Nunca me negué a una calificación de sedición».

«Mi criterio inicial fue que nosotros debíamos impulsar una acusación de conformidad con la Fiscalía (que apostó por la rebelión). Luego, durante la instrucción, estaba más convencido, efectivamente, de que aquello era rebelión. Hay que tener en cuenta que la jurisprudencia del Supremo en la sentencia es novedosa: estos requisitos interpretativos del Supremo sobre la violencia son del lunes».

«No (sigo pensando que fue rebelión) Hoy acepto la sentencia como viene. El Supremo es el máximo intérprete de la norma penal, y cuando el Supremo ha decidido que en el tipo de rebelión la violencia tiene que ser instrumental, preordenada y funcional, pues entonces ¿qué voy a decir? Será sedición»

«No (me siento desautorizado) En el tercer borrador que yo hice (para la Abogacía del Estado) de sedición con violencia, tanto la redacción de hechos probados como el razonamiento jurídico del delito de sedición son clavados (a la sentencia)».

«Yo defendí la sedición en el tercer borrador que presenté a la abogada general».

«El artículo de ABC («Era rebelión») se podía haber titulado ‘Había violencia’. Siempre he dicho lo mismo: la calificación jurídica me daba igual. ¡Si yo también estaba dispuesto a defender un delito de sedición, por Dios!».

Y lo que dijo a ABC (05-06-2019)

«Las conclusiones de la Fiscalía son contundentes y coherentes con la prueba que hemos visto por televisión». 

«Fue un golpe de Estado, cuya finalidad era acabar con el orden constitucional mediante la declaración de independencia de una parte del territorio nacional y cuyo instrumento fue la violencia y la coacción».

«Este golpe de Estado se enmarcaba dentro de un plan preconcebido apoyado en tres pilares: la Mesa del Parlament, el Govern de la Generalitat y los movimientos sociales».

«No fueron unos simples desórdenes públicos, como sostiene la Abogacía del Estado, fue un golpe de Estado contra la Constitución. Con intimidación colectiva, con heridos, alentando a los ciudadanos a que ocuparan los colegios y se resistieran activamente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a sabiendas de que ello iba a desembocar en estallidos de violencia, como así fue, y aceptando plenamente sus consecuencias».

«El delito de rebelión del artículo 472 del Código Penal no exige el uso de armas y estas no son necesarias cuando los golpistas ya detentan el poder de la comunidad autónoma y tienen a su disposición policía propia».

«No sé qué me duele más: si un Gobierno que pretende engañar a los ciudadanos a los que debe servir; o que se use a la Abogacía del Estado para decir que no existió lo que todos hemos visto que sí sucedió. En cualquier caso, hoy tengo claro por qué me cesaron a mí y cómo hoy la Abogacía del Estado ha protagonizado una de las más tristes páginas de su centenaria historia»

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