La directora de Público confunde en un tuit la Constitución española con una ley peruana
La directora del diario Público, Ana Pardo de Vera, confunde la Constitución Española con una ley peruana para intentar explicar a través de un tuit la ilegalidad de mantener en la cárcel por sedición a los líderes de la ANC y Òmnium Cultural, conocidos como los Jordis.
En un mensaje tuiteado el 26 de octubre -y que ya ha retirado de su dirección de Twitter- afirmaba: «No es así. ¿Por qué crees que contra las sentencias del TC no cabe impugnación (art.121 del Código Procesal Constitucional (Ley 28237)?».
La directora del diario podemita, en una polémica cruzada en la red con Pablo A. Iglesias, que mantenía que “ningún artículo de la Constitución blinda ninguna ley”, se permitía el lujo de darle lecciones sobre la legislación española. Pero ocurría que la periodista había consultado en Google equivocadamente y se columpiaba con sus argumentos ya que el Código Procesal Constitucional forma parte del ordenamiento jurídico de Perú, y nada tiene que ver con la Carta Magna de España.
Un error imperdonable porque en el encabezamiento del texto volcado en internet se especifica que la ley 28237 fue publicada en el diario oficial “El Peruano”, el 31 de mayo de 2004. Aún así, la directora de Público, leyó “carácter impugnable de las sentencias del Tribunal Constitucional” y se lanzó a la piscina. Ni corta ni perezosa hizo un corta y pega y escribió en su tuit: “Contra las sentencias del TC no cabe impugnación”.
Tal fue el ridículo que, días después, pidió disculpas, escudándose en que había sido “un corta y pega”, que borró de su perfil. Antes tuvo que soportar una riada de comentarios ridiculizándola. Uno de ellos le recriminaba: “Este es el nivel de Público, su directora citando leyes que ha buscado en Google. El fallo es que son de Perú”.
Otra tuitera señalaba: “Eso le pasa por no leer el texto completo de lo que googlea. Nivelazo el de la directora de Público”.
Otros: “La insigne periodista y directora de Público Ana Pardo de Vera confunde la legislación española con la peruana. Pillada copy/paste” y “la directora del periódico Público defiende una ley peruana para debatir acerca del estatut de Cataluña, así sin anestesia”.
Y una legión de tuiteros se despachaban a gusto con todo tipo de calificativos: “Haciendo el enésimo ridículo”, “así va el periodismo panfleto, sin rigor alguno”, “no ha leído una ley en su puta vida”…..
Y con antecedentes…
Y no era la primera vez que la directora del diario de Roures de deslizaba por una pista de aceite. El 18 de octubre, también relacionado con el encarcelamiento de los Jordis y unas declaraciones de Baltasar Garzón en las que se aseguraba que existía el delito de sedición, la directora del diario podemita hacía nuevamente el ridículo. Quien suele presentarse como experta en asuntos jurídicos escribía el siguiente tuit: “Leo el auto de la Guardia Civil y escucho a Garzón. Parece claro o, al menos, bastante dudoso”.
La avalancha de críticas colapsaron su dirección de Twitter: “Menos mal que no dictas tú los autos..”, “hace informes o atestados, no autos”, “¿auto de la GC?”, “hace atestados o diligencias, indocumentada”, “el auto de la GC es éste…lo dicta un juez” -y adjunta una foto de uno de los vehículos destrozados en Barcelona-, “eres periodista, se supone un nivel…..
Y continuaban: “Soros escoge a los mejores”, “el auto de la Guardia Civil es el Nissan”, “los únicos autos son los que destrozaron ese día unos delincuentes”, “el nivel del periódico va acorde al de su directora, claramente”, “Roures ya paga a cualquiera por decir chorradas”, “¿te quedan puntos?”, “las ansias por complacer a Roures llevan a que se cometan grandiosas metidas de patas y enormes ridículos por parte de sus cachorrillas”, “otra pijoprogre haciendo de tonto útil a los ultras de izquierda y a la carcunda de 3%”…
Tras ser vapuleada en la red, la directora de Público aclaraba en Twitter: “El ‘informe’ de GC, discúlpenme todos los trolls (y ‘trollas’) con su rojigualda que han salido a aporrearme. La costumbre”.
Y con su rectificación sectaria, recriminando a los tuiteros que lucían la bandera española en sus perfiles, tachándolo como un gesto de agresividad, Pardo de Vera volvía a ser zarandeada en la red sin compasión: “No soy ninguna troll y no enarbolo bandera, es más, soy socialista declarada”, “entonces con Inda y Marhuenda os tenéis que poner Dodotis”, “¿tiene problemas con la bandera de su país?, o con que otros la lleven”, “la costumbre de publicar sin contrastar fuentes ni veracidad”, “no ha sido con su rojigualda…ha sido con su diccionario”, “no han salido a aporrearte, han salido a corregirte, periodismo patrio”, “anda que no aporreas tú a la dignidad intelectual con tus tuits, hija mía”, “todos somos trolls menos tú y tus cuñados podemitas”…