El desplante al Rey no es el único: estas son todas las veces que Sánchez se equivocó con el protocolo
Sánchez se salta el protocolo para hacer el paripé quitándose la corbata tras su despacho con el Rey
Sánchez sigue sin saberse el protocolo y Felipe VI tiene que corregirle de nuevo
El desplante de Pedro Sánchez al Rey Felipe VI en la Fiesta Nacional, haciéndole esperar en el interior de su coche, es la enésima vez que el presidente del Gobierno se salta el protocolo. Y casi siempre ha ocurrido cuando ha coincidido con el monarca.
La última vez que el líder del Ejecutivo hizo caso omiso al protocolo ocurrió este mismo año, a principios de agosto. Fue a cuenta de una de sus polémicas más recientes, la de no llevar corbata. Tras anunciar que había dado orden a sus ministros de prescindir de esta prenda para «ahorrar energía», el presidente socialista decidió quitársela para comparecer ante la prensa tras su despacho con el Rey en el Palacio de la Almudaina, en Palma (Mallorca). El cambio de vestuario se ha producido en pleno descenso por las escaleras de edificio, incumpliendo así el protocolo institucional de la Casa Real.
Las normas protocolarias de la Casa de Su Majestad el Rey, sin embargo, exigen expresamente como «indispensable» llevar «traje y corbata» para los actos que se desarrollen en el Palacio, como es el caso.
Un mes antes, a finales de junio, durante el besamanos previo a la cena de gala en el Palacio Real dentro de los actos en torno a la cumbre de la OTAN, Felipe VI tuvo que corregir al presidente del Gobierno y a su mujer, Begoña Gómez. Ambos saludaron a los Reyes de España en el besamanos por el que pasaban los líderes de los distintos países participantes. Sánchez estrechó la mano de Felipe VI, hizo lo propio con la Reina Letizia, y entonces, llegó el despiste.
Mientras su mujer, Begoña Gómez, saludaba a los Reyes, Sánchez desaparecía de la escena raudo y veloz. Rápido de reflejos, Felipe VI se dio cuenta y llamó al presidente, para que se diera la vuelta y posase con ellos para la fotografía de rigor.
Estas meteduras de pata de Sánchez no son ni mucho menos las primeras en materia de protocolo.
BESAMANOS EN EL PALACIO REAL. La más sonada fue en la recepción el 12 de octubre de 2018 en el Palacio Real. Entonces, Pedro Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, tras estrechar la mano a los Reyes, se colocaron a su lado y como unos miembros más de la Familia Real empezaron a dar apretones de mano. Tras saludar a la ‘popular’ Ana Pastor y a otros altos cargos del Estado, el servicio de Protocolo de Casa Real tuvo que advertir al matrimonio Sánchez-Gómez que no debían protagonizar el ‘besamanos’ y Sánchez y su esposa finalmente se apartaron.
EN BRUSELAS. Pocos días después Sánchez fue corregido por el entonces presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En una visita a Bruselas, el presidente del Gobierno español comenzó a hablar a los medios de comunicación en un ‘photocall’, un gesto que no estaba contemplado en el protocolo establecido.
CHALECO POR DEBAJO DE LA LEVITA. Otro momento que corrió como la pólvora ocurrió en marzo de 2019, durante la cena de gala ofrecida por los Reyes al presidente de Perú, Martín Vizcarra. El presidente del Gobierno, como dictaba la etiqueta, acudió en frac. Pero un detalle llamó la atención en el atuendo del líder socialista: el chaleco sobresalía excesivamente por debajo de la levita. Las normas dictan que el chaleco no debe asomar bajo esta prenda.
En esa misma cena, el ‘cantinflesco’ Sánchez creyó que el Rey se dirigía a él cuando saludó al presidente de Perú. «Señor presidente…, señora primera dama», fueron las palabras que pronunció el Rey y que confundieron a Pedro Sánchez. El jefe del Gobierno de España abrió la boca con la intención de agradecerlo para luego agachar la mirada, fruto de su error y de la vergüenza pasajera.
SIN DISTANCIA CON LOS REYES. También junto a Don Felipe y Doña Letizia, Sánchez cometió el error de querer captar el protagonismo en la conversación de los monarcas con el paracaidista que se accidentó en el desfile militar del Doce de Octubre en 2019. Pese al protocolo -que le exige mantenerse a una distancia prudencial de los monarcas- Sánchez decidió colocarse prácticamente al lado, mientras los Reyes daban ánimos al paracaidista. El presidente socialista tuvo que ser advertido por personal de protocolo para que aminorase el paso mientras los Reyes procedían al saludo.
LA DEJÓ SIN SALUDO. También en 2019, en su visita a la Jefatura Superior de Policía de Cataluña para visitar a los agentes heridos por los disturbios separatistas con motivo de la sentencia del 1-O, Sánchez no se detuvo ante la agente encargada de la seguridad en la puerta del edificio -que se cuadró ante la llegada del presidente- y a la que apenas saludó con un leve gesto. A la salida, Sánchez tampoco se despidió de ella. Sí lo hizo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, con un apretón de manos.
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