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España
presupuestos generales del estado

El Congreso tumba la antesala de los Presupuestos y vuelve a demostrar a Sánchez que no tiene mayoría

Junts, PP, Vox y UPN suman 178 votos en contra y bloquean el primer paso hacia los Presupuestos

El Ejecutivo recurrirá a una segunda votación e insiste en que seguirá negociando "hasta el final"

  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

El Gobierno asume una nueva derrota en una votación en el Congreso, en este caso el trámite previo para poder presentar los Presupuestos Generales del Estado, y vuelve a dejar patente que gobierna sin mayoría para hacerlo. La senda de estabilidad (el marco fiscal imprescindible para iniciar la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado) no superó el trámite parlamentario, tal y como el Ejecutivo ya esperaba desde hace semanas. Junts volvió a votar en contra, igual que el año pasado, sumándose al «no» del PP, Vox y UPN. En total, 178 rechazos frente a 164 apoyos. Únicamente los cuatro diputados de Podemos y una parlamentaria de Compromís optaron por abstenerse.

La negativa parlamentaria obliga al Gobierno a intentar por segunda vez la aprobación de los objetivos de estabilidad. Si ese segundo intento tampoco prospera, el Ejecutivo podrá recurrir a la regla de gasto de 2022, todavía vigente, para confeccionar las cuentas públicas. Aun así, el fracaso supone un golpe político justo en la antesala de la negociación presupuestaria, un proceso que se presumía complejo y que ahora se adentra en un terreno aún más incierto.

La propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que sabe que es muy probable que no logre aprobar una senda de estabilidad, explicaba esta mañana que presentará igualmente unos Presupuestos Generales del Estado. El objetivo no es tener presupuestos, sino poder decir que los demás los rechazan.

Hace poco más de una semana, el Consejo de Ministros aprobó un techo de gasto récord de 216.177 millones de euros para 2026, un 8,5% más que en el ejercicio anterior. Montero defendió además que la Administración General del Estado absorberá la mayor parte de la reducción del déficit pactada con Bruselas. Según lo exigido, el objetivo es pasar del 2,5% del PIB este año al 2,1% en 2026. Para ello, las comunidades autónomas dispondrán de un margen del 0,1%, los ayuntamientos deberán mantener déficit cero, la Seguridad Social tendrá un 0,2% y el Estado reducirá su déficit del 2,2% previsto para 2025 al 1,8% el próximo año. «Hay un reparto equitativo de los esfuerzos fiscales», dice la ministra de Hacienda, pero la realidad es que cuanto más pequeña es la administración, peor capacidad tendrá para moverse en cuanto al déficit.

Junts se desmarca de nuevo

El PP rechaza «más deuda y más impuestos» y Vox critica el gasto del Ejecutivo, pero el golpe a Sánchez lo asesta de nuevo Junts. El diputado Josep Maria Cruset lo dejó claro: «Si se hace lo mismo, se cosechan los mismos resultados». El grupo catalán ya había advertido de su voto contrario por la falta de avances en reivindicaciones territoriales, especialmente la ejecución de inversiones en Cataluña. Cruset critica que el Ejecutivo no haya publicado los datos de ejecución del último presupuesto en la comunidad y acusa al Gobierno de reservar para sí un margen de déficit del 2%, frente al 0,1% para las autonomías.

El PP tampoco movió ficha. Su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, cree que el Ejecutivo pretende que el Parlamento otorgue «normalidad a un Gobierno que no es normal». Rechaza el plan fiscal por considerar que perpetúa «más deuda y más impuestos». Vox, por su parte, endurece el mensae y habla ya de las “infinitas mierdas” en las que, según el diputado Figaredo, el Ejecutivo gasta el dinero público.

Los socios del PSOE también dudan

El Gobierno sí logró el apoyo de ERC, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria, pero incluso estos grupos expresaron sus reservas. EH Bildu y BNG respaldaron al Ejecutivo, instando a revisar el peso del Estado en la consolidación fiscal.

Más llamativa fue la postura de Podemos. Sus cuatro diputados se abstuvieron argumentando que el Ejecutivo no está respondiendo a las «verdaderas necesidades de la ciudadanía». Aunque no se sumaron al bloqueo, su gesto añade incertidumbre a un escenario ya de por sí complejo. En todo caso, es de suponer que, en una segunda votación, aprobarán la senda de estabilidad.

Con la derrota consumada, el Gobierno deberá intentar de nuevo que la senda de estabilidad salga adelante. De lo contrario, recurrirá a la regla de gasto de 2022. Pero, más allá del trámite técnico, el choque evidencia la fragilidad parlamentaria con la que el Ejecutivo encara cualquier votación y ley que trata sacar adelante.