El cardenal Cañizares ataca de nuevo: «Se ha querido destruir a la familia como en la URSS marxista»

Cardenal Cañizares
El cardenal Cañizares durante una rueda de prensa.

El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, ha reiterado sus críticas a aquellos «organismos e ideologías, como la de género» que, a su juicio, «se están uniendo para destruir la familia». «Se ha querido destruir a la familia como en la URSS marxista», ha aseverado el purpurado, quien ha añadido que «hoy Rusia vive un rejuvenecer de la familia, como en otras partes de Europa».

Cañizares se ha expresado en estos términos durante su intervención este martes en una conferencia en el colegio Sagrada Familia Patronato de la Juventud Obrera de Valencia, en la que ha resaltado a un centenar de asistentes la importancia de la familia en la reciente exhortación apostólica postsinodal del papa Francisco ‘Amoris laetitia’ –’La alegría del amor’–.

El cardenal ha centrado su discurso en subrayar la necesidad de «salvar» a la familia en la institución ante «ataques» y «amenazas claras o sutiles» de «legislaciones o fuerzas contrarias a la familia». Recientemente, ha asegurado que «se ha querido destruir a la familia como en la URSS marxista» y que «otros, en ideologías próximas a éstos, están empeñados en repetir este fracaso».

Por tanto, cree que la familia «debería ser la primera preocupación mundial a apoyar por los estados». Ha lamentado que «no está siendo así» y que «organismos e ideologías como la de género están uniéndose para destruirla». «Hay que despertar», ha reivindicado, ya que considera que «no podemos tolerar esto: que la más insidiosa ideología, la de género, destruya al hombre».

Cañizares ha defendido que su «deber como obispo» es «advertir a los fieles del peligro que conlleva» la ideología de género «para la paz mundial». «A pesar de que me critiquen», ha agregado.

En su opinión, el pontífice realiza un «rechazo total a esta ideología» en su exhortación, algo que ha indicado que «muchos olvidan y lo utilizan como arma arrojadiza». Sin embargo, ve «normal que algunos se rebelen contra esto porque les impide llegar al poder».

Seguidamente, el arzobispo ha manifestado que «donde acaba la familia empieza la intemperie, la marginación y el dolor más sensible». «¿Quién puede tener interés en destruir esto?», se ha preguntado, para reclamar a los padres sus «mayores esfuerzos y energías» contra «ataques directos que impiden la salvación del matrimonio como unidad básica de la sociedad, si bien cree que todavía hay una «puerta abierta a la esperanza».

«Estupidez de una metida en política»

En este punto, el cardenal Cañizares ha dirigido sus palabras a «una que esta metida en política que dijo de educar a los hijos en comuna» –en referencia a las declaraciones de la diputada de la CUP en el Parlament catalán, Anna Gabriel, que defendió tener hijos «en colectivo» y que «quien educa es la tribu»–. «¿Se puede decir mayor estupidez que esta?», se ha preguntado, para apostillar: «Apaga y vámonos».

Frente a este modelo, el purpurado ha abogado por «ir más allá del debate político y sociocultural», ya que considera que se produce una «situación histórica en la sociedad» en la que «todos estamos obligados a promover los valores y exigencias de la familia».

Ha calificado también a la asociación familiar como «revolucionaria» en cuanto que «cada persona es amada por sí misma, no por lo que tiene». Para él, esto «sí cambia el mundo: Ay si esto pasara en el resto de organizaciones…».

Además, ha sostenido que se trata de institución social «más valorada, incluso entre los jóvenes» y, por tanto, ha advertido que «sin familia no hay hombre ni futuro para la humanidad». Cree necesario «decirlo con toda la fuerza y aunque sea a contracorriente».

Uniones de hecho

No obstante, el arzobispo de Valencia ha lamentado que, actualmente, España se encuentra «a la cola de Europa en matrimonios religiosos y civiles y a la cabeza en uniones de hecho». A su juicio, esta situación «traerá la gravedad de una crisis económica mucho mayor que no podremos superar» y ha augurado que conlleva «derroteros de destrucción».

Para evitarlo, ha realizado una «defensa a vivir en familia como bien indisoluble y para que no se vea suplantada por otras formas diversas». Se ha mostrado así partidario del matrimonio «único e indisoluble como base de una nueva civilización del amor y de una sociedad libre».

Finalmente, Cañizares ha reiterado la importancia de que las familias «tomen conciencia de sí mismas y vuelvan a apuntarse muy alto: Que no se amedrenten ante las dificultades».

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